A una edad en la que todos los niños piden a sus padres juguetes, Juan Carlos Ojeda pedía pins . Este joven de Villanueva de la Serena contaba entonces con 6 años; ahora, 14 años después, sus pequeños objetos de culto llenan toda una pared de su habitación y varios archivos donde guarda como tesoro los 1.100 pins que ha logrado reunir. Aunque desde ayer hasta hoy la cifra, a buen seguro, se ha incrementado.

Su afición comenzó durante unas vacaciones en Bilbao. Todos los días cuando sus padres le llevaban a la feria, él sólo compraba pins ; así reunió los primeros 40 de su colección. Ahora es una empresa en la que está embarcada toda la familia. "Mis familiares y amigos me traen alguno cuando salen de viaje, los tengo muy bien enseñados. Incluso se los pido a desconocidos cuando llevan alguno y me gusta; no paro hasta que no me lo da".

VARIOPINTOS Juan Carlos explica el cuadro en el que tiene enmarcada una parte de su colección. "Lo que más me gusta es colocarlos y enseñarlos; incluso estoy pensando en hacer una página web". Ordenados sistemáticamente muestra los pins de diferentes partidos políticos, de eventos importantes como los Juegos Olímpicos, la Expo o Forum Barcelona; sin olvidar los de ciudades, provincias e incluso países.

Como si de una muñeca rusa se tratara, Juan Carlos guarda colecciones dentro de su gran colección. Así, se muestra orgulloso de los pins de las cofradías de Semana Santa de Villanueva y de Sevilla. Y se ríe cuando asegura que tiene el pin oficial de la boda del Príncipe Felipe y Doña Letizia. Sin embargo, su afición le lleva más lejos y ha logrado reunir todos los equipos de fútbol de la Primera y Segunda División, e incluso la Tercera extremeña, incluídas las federaciones. El objetivo es lograr la colección de fútbol internacional, aunque reconoce que será difícil. Su reto es ahora reunir las marcas más conocidas.

LOS MAS CAROS Juan Carlos no quiere ponerle precio a su colección, porque no está en venta. Pero habla de una media por cada pin de 2,50 euros. Aunque también los hay más caros, como los que les trajeron los padres de su novia Cristina de Nueva York, que costó 5 dólares, con las dos torres gemelas; o el que compró él en París por 6 euros de la Torre Eiffel.

Aunque asegura que no tiene ninguno preferido, los dos que más le gustan son el de los Rolling Stones y otro que representa a España.

Con el tiempo se ha vuelto más exquisito a la hora de adquirirlos. "Me fijo mucho en los materiales y en la fabricación", pero acepta de buena gana los que le trae su hermano menor, Antonio María, que con una sonrisa le recuerda que la última adquisición de Juan Carlos se la trajo él de una excursión.