El presidente del comité de ética del Colegio de Médicos de Madrid, Miguel Casares, aseguró ayer que la investigación sobre las sedaciones a 40 pacientes terminales entre el 2001 y el 2003 en el Hospital Severo Ochoa de Leganés no halló "dosis excesivas". El experto, que pertenecía al comité de ética asistencial del Hospital de Getafe, defendió que no puede hablarse de dosis incorrectas, ya que los protocolos de tratamiento en la sedación no responden a dosis sino a la evolución de los síntomas.

"A una persona que está con alucinaciones, delirio o disnea hay que cortarle los síntomas, y si este paciente viene ya tratado previamente y tiene una habituación, hay que ponerle unas dosis más altas. Lo que se persigue es dar una atención, una asistencia adecuada y una calidad de vida a la persona", dijo.

La destitución de Luis Montes, coordinador de urgencias de Leganés acusado por la Consejería de Sanidad (PP) de aplicar sedaciones irregulares, ha puesto en pie de guerra a la sanidad madrileña. Representantes sindicales de 25 hospitales y 50.000 profesionales sanitarios, y los comités de empresa de los hospitales de Alcorcón y Fuenlabrada mostraron ayer su "apoyo completo" a las movilizaciones que plantee el Severo Ochoa.

Los sindicatos han convocado una concentración para esta tarde frente al Parlamento. Piden la dimisión del consejero, Manuel Lamela, al que hacen responsable de "desprestigiar las profesiones sanitarias, desde las que se ayuda a nacer, a vivir, mediante la curación de los enfermos y a morir dignamente".

Dos altos cargos médicos del Severo Ochoa denunciaron ayer lo que a su juicio ha sido una persecución malintencionada contra su compañero Luis Montes. El jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos, Frutos del Nogal, tachó la decisión de Lamela de "caza de brujas", y el jefe de la Unidad del Dolor, Joaquín Insausti, denunció "acoso laboral".

QUIEBRA DE LA CONFIANZA Sin embargo, la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, lamentó ayer durante una visita al Hospital La Paz, y en presencia de Lamela, la "politización" de lo que calificó como "un asunto muy delicado, muy profundo y muy grave". Aguirre aseguró que el consejero tiene todo su apoyo en esta crisis. La ministra de Sanidad aseguró que "existe el riesgo" de que se quiebre la confianza en los profesionales, lo que "sería muy grave"