Clérigos, abogados y miembros de la sociedad civil mauritana celebraron ayer un coloquio en Nuakchot en el que abordaron el caso de la familia mauritana condenada en España por obligar a una menor a mantener relaciones sexuales con un adulto con el que estaba casada.

Entre los ponentes estaba uno de los más conocidos ulemas del país, Cheij Mohamed El Hacen Uld Dedeu, quien aseguró que "no se puede juzgar a la gente según una filosofía en la que no creen".

El conflicto remite a una joven de padres mauritanos, nacida en Cádiz en 1992, que a los 12 años volvió a Mauritania con su madre y tras unos meses allí, en 2005, la obligó a casarse con un primo suyo, de 39 años.La menor regresó a España y cuando el marido llegó en junio de 2007, sus padres la amenazaron para obligarla a acostarse con él, a lo que ella se negaba hasta que una noche, según dijo, el marido la violó.

El marido fue condenado en marzo a 13 años y 6 meses de prisión por delito de agresión sexual, mientras que a la madre se le impusieron 17 años como coautora de la agresión y por coacciones y amenazas, y al padre, un año y seis meses por amenazas.