La principal contribución europea a la Estación Espacial Internacional (ISS) se llama Columbus porque aspira a emular al navegante en la búsqueda de una nueva frontera. En resumen, es un gran laboratorio científico concebido para analizar el comportamiento del organismo humano en situaciones de ingravidez y preparar futuros viajes a la Luna o Marte.

Si se cumplen las previsiones, el transbordador Atlantis, con el Columbus acoplado en su bodega, partirá el jueves hacia la ISS. Dos días después, la tripulación iniciará las maniobras para anclar el laboratorio en uno de los muelles de la estación.

El Columbus es un gran cilindro hueco, de 6,9 metros de largo y 4,5 de ancho, diseñado para que en su interior puedan trabajar tres astronautas.