La comisión investigadora independiente puesta en marcha por el Parlamento británico a raíz del llamado climategate, la supuesta tergiversación de datos sobre el cambio climático, ha absuelto a los científicos acusados del fraude. "No hemos encontrado una prueba de fraude deliberada", sostiene la comisión, aunque sí malos cálculos estadísticos.

El escándalo se inició el pasado octubre cuando unas piratas informáticos penetraron en varios ordenadores personales de la Universidad de East Anglia, centro de referencia mundial en las políticas de cambio climático, y colgaron en la red miles de mensajes supuestamente comprometedores. Según las acusaciones de los círculos escépticos, varios emails confirmaban que los científicos habían ocultado o modificado datos que contradecían las tesis oficiales sobre el proceso de calentamiento planetario. El entonces jefe de la unidad del clima en East Amglia, el reputado Phil Jones, fue el blanco de las críticas.

AVIVAR EL DEBATE

El caso avivó el debate mundial sobre si el cambio climático es un hecho constatable o simplemente un temor creado por unos científicos. En vísperas de la cumbre de Copenhague, el revuelo fue mayúsculo.

Ahora, no obstante, la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes ha exculpado a los investigadores de una mala praxis deliberada, aunque destaca en sus conclusiones finales que "resulta sorprendente que una investigación en un área que depende tan estrechamente de métodos estadísticos no haya sido llevada a cabo en colaboración con estadistas profesionales".

MILES DE CORREOS

Tras analizar los miles de correos electrónicos y documentos de la universidad que fueron pirateados y que mostraron el "desorden" existente en la recopilación de datos, los expertos de la comisión independiente han concluido que "no existió intención de engaño" por parte de los científicos. Los errores, en definitiva, eran atribuibles a problemas estadísticos involuntarios.

El coordinador de la comisión investigadora, lord Ron Oxburgh, ha expresado su confianza en que el informe acabe con la sospechas acerca del caso que llevaron incluso a la dimisión de Jones como director de la unidad de cambio climático de East Anglia. Los estudios de la universidad británica son uno los referentes esenciales en el IPCC, el grupo de expertos de la ONU sobre cambio climático.

"No encontramos ninguna prueba de que los científicos intentaran engañar. Eso no significa que estemos de acuerdo con todas sus conclusiones, pero los investigadores hicieron su trabajo de forma honesta", ha sostenido Oxburgh. Una segunda investigación puesta en marcha por la propia universidad aún sigue abierta.