Una multitud de 150.000 personas, según los cálculos de la policía inglesa, despedirá hoy al Concorde en la terminal número 4 del aeropuerto londinense de Heathrow. A las cinco de la tarde (hora española), los tres aviones últimos aviones supersónicos en servicio tomarán tierra definitivamente.

British Airways se propone cerrar 30 años de historia, el capítulo más hermoso y deficitario de la aviación civil, con los honores y la fanfarria que el Concorde se merece. La de Air France, el pasado 31 de mayo, fue una retirada mucho más discreta.

Un grupo de 100 privilegiados, personalidades de todo el mundo, clientes habituales, un puñado de celebridades y directivos de la compañía volarán hoy en uno de los aparatos que despegará de Nueva York. Otro Concorde dejará Heathrow, romperá la barrera del sonido en Vizcaya, para retornar al aeropuerto, llevando a bordo a los ganadores de un concurso que ha realizado la línea aérea británica en internet. Un tercero saldrá de la capital escocesa de Edimburgo y sobrevolará el país antes de posarse en Londres.

Desde una tribuna especial, autoridades y prensa presenciarán los últimos descensos, que serán retransmitidos en directo por televisión. "Es un avión maravilloso y su último día es una mezcla de emociones", dijo Colin Marshall, presidente de British Airways, que hará la travesía de tres horas y media desde el otro lado del Atlántico. "Su magia ha atraído a millones de fans, que han disfrutado de esa mezcla única de velocidad, gracia y belleza. La decisión de retirarlo no es fácil, pero es lo adecuado, en el momento adecuado", afirmó.

Hacía en realidad mucho tiempo que el avión de los megarricos estaba condenado a desaparecer. Cuando nació, su futuro se auguraba radiante, pero el alto coste del combustible, el accidente de París con centenares de víctimas y la menor demanda han provocado la retirada del aparato.