La Audiencia de Sevilla ha condenado a dos años de cárcel por un intento de agresión sexual al joven de 21 para quien el fiscal pidió 38 años de cárcel por violar a cinco niñas por la calle, ya que la sentencia cree que la identificación realizada por las víctimas fue "claramente insuficiente".

Fuentes del caso han dicho a Efe que la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia únicamente considera probado un intento de agresión sexual cometido a las 7.30 horas del 6 de noviembre de 2007 en la Gran Plaza de Sevilla, cuando el acusado G.E.B. abordó a T.G.B., y comenzó a masturbarse en su presencia, a la vez que intentaba besarla.

Cuando la joven intentó huir, el acusado le dio un beso en la mejilla, según la sentencia, que impone además al procesado el pago de 3.000 euros de indemnización.

La sentencia absuelve a G.E.B. de otras cuatro agresiones sexuales a niñas de entre 11 y 16 años supuestamente cometidas entre el 5 y el 12 de noviembre de 2007 por "falta de prueba de cargo" pues, según los jueces "no existe la mínima prueba" de que el acusado fuese autor de las agresiones denunciadas por las menores.

El agresor se tapaba la cara con una bufanda naranja que la Policía encontró en la vivienda del acusado y portaba un chándal que fue identificado por las denunciantes, pero la sentencia afirma que se trata de prendas "de uso común" que poseen muchas personas.

Otra de las chicas, a la que el agresor obligó a hacerle una felación, identificó al procesado por los ojos y las cejas que dejaban ver la bufanda, pero los jueces destacan que en el juicio ellos mismos comprobaron que tales rasgos del acusado no tenían nada de particular y que la víctima no supo precisar qué tenían de especial.

Además, en su primera declaración a la Policía la chica manifestó que "si lo viera no podría reconocerle". El abogado del joven, Manuel Manzaneque, ha dicho hoy a Efe que va a pedir la libertad inmediata de su defendido, que cumple prisión provisional por estos hechos, y ha recordado que al comienzo de esta causa fueron en total doce las agresiones sexuales o de exhibicionismo que la Policía le imputó. De ellas solo cinco llegaron a juicio, por las que la Fiscalía pidió para él un total de 38 años de cárcel.

En el juicio, el procesado negó las agresiones y afirmó que las dos primeras ocurrieron a la misma hora en que estaba trabajando como vigilante de un aparcamiento de camiones junto a Torre Triana.

El acusado, sin embargo, acumula otra condena de dos años de cárcel por agredir sexualmente a una adolescente que se dirigía al colegio por la calle Pedro de Castro de Sevilla, un delito que cometió a los 20 días de haber quedado en libertad, después de haber sido condenado a cuatro años de cárcel por delitos de exhibicionismo ante otras cinco menores.