La Audiencia de Barcelona ha condenado a seis años de prisión a un hombre acusado de apuñalar a un policía local de Montgat (Barcelona) que en múltiples ocasiones había acudido a su piso para advertirle de las quejas del vecindario por el elevado volumen de la música que escuchaba.

En la sentencia, la sección séptima de la Audiencia de Barcelona condena al procesado, José Sancho, a seis años y nueve meses de prisión por un delito de intento de asesinato y atentado a la autoridad, con la eximente de trastorno mental, al considerar probado que sufre una esquizofrenia de tipo paranoide.

Por este motivo, el fallo establece que el acusado cumpla la condena en un centro de internamiento donde pueda ser tratado de la alteración psíquica que padece durante un máximo de quince años.

Según cree probado el tribunal, en junio de 2007 el procesado asestó cuatro puñaladas a un agente de la policía local de Montgat, al que atacó de sorpresa y por la espalda cuando se disponía a recoger su vehículo particular del depósito, una vez finalizada su jornada laboral.

Para defenderse de las puñaladas, el policía inició un forcejeo en el que logró tirar al suelo al procesado y sentarse sobre su pecho para inmovilizarlo, tras lo que José Sancho le advirtió: "esta vez te escaparás, pero la próxima vez te mato".

A consecuencia de la agresión, el agente sufrió una herida incisa de ocho centímetros de longitud, además de muchas otras superficiales, fractura costal y derrame pleural bilateral.

En el juicio, el acusado dijo que había agredido al agente local porque se había mofado de él y que lo conocía porque había acudido en múltiples ocasiones a su domicilio de Montgat para pedirle que bajara el volumen de la música que escuchaba, lo que había motivado numerosas denuncias verbales de sus vecinos.

De acuerdo con la exposición de los forenses que declararon en el juicio, el tribunal ha concluido que el acusado sufre una esquizofrenia paranoide y cuando atacó al policía local actuó "siguiendo su pensamiento delirante, que le dificultaba notablemente actuar respetando la vida del agente que creía se mofaba de él".

La sentencia prohíbe al condenado aproximarse a menos de 500 metros de la víctima, su mujer e hijos durante 16 años y nueve meses y le obliga a indemnizar al policía local con 17.780 euros.