Mientras su madre le hacía una felación a su padre, ella, con 9 años, sacaba fotos. Se lo habían pedido sus padres, como también le habían pedido que posara, junto a su progenitor, ambos desnudos, para otra instantánea. La pareja, que para evitar el juicio se conformó con las penas solicitadas por el fiscal tras una rebaja, no ingresará en prisión, pero ya ha perdido la guardia y custodia de sus hijos menores, amparados por la Generalitat.

Gregorio G., el padre, se conformó con dos años de prisión y María Rosa L., con uno y medio. La conformidad conlleva aceptar la autoría de los hechos.

Fuentes judiciales explicaron que estas penas, al carecer de antecedentes penales, no implican el ingreso en un centro penitenciario. Las mismas fuentes explicaron que la rebaja de la fiscalía obedece a que ambos miembros de la pareja padecen transtornos mentales que les limitan a la hora de valorar los hechos.

NIVEL INTELECTIVO BAJO El progenitor padece un transtorno obsesivo compulsivo y fobia social, sin ningún tipo de control psiquiátrico. Ella, que sí está sometida a seguimiento en un centro de salud mental, padece esquizofrenia residual y conductas obsesivas con varios años de evolución. Ambos, además, presentan un nivel intelectivo bajo.

Los forenses que les analizaron concluyeron que, en el momento en que sucedieron los hechos, ambos presentaban una "merma moderada" de sus capacidades cognoscitivas y volitivas, condición necesaria para aplicar una eximente incompleta que atenúe la pena.

En cuanto, en julio del 2004, trascendieron estas prácticas en el seno familiar, la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia (DGAIA) declaró a los dos hijos de la pareja en desamparo y ahora están en un centro de menores de la Generalitat. La hija mayor, que realizó algunas de las fotografías y aparece en otras, tiene ahora 11 años, y el pequeño, 4.