Armin Meiwes, el llamado caníbal de Roteburgo , fue condenado ayer a cadena perpetua por asesinar, descuartizar y comerse a otro hombre para satisfacer las fantasías sexuales de ambos.

La Audiencia Territorial de Fráncfort consideró probado que Meiwes mató por motivos sexuales el 10 de marzo del 2001 al berlinés Bernd Jürgen Brandes, al que conoció a través de un chat en Internet, y que se comió algunas partes de su cuerpo.

La fiscalía había pedido cadena perpetua por asesinato pues consideró que el antropófago supone un peligro para la sociedad porque los expertos que le han examinado han llegado a la conclusión de que sufre una fuerte perturbación mental y que no puede ser curado por medio de terapia.

Además, no mostró ningún signo de arrepentimiento y después de que ocurrieran los hechos buscó nuevas víctimas para tener "carne fresca" con la que satisfacer sus apetitos sexuales.

La defensa, en cambio, sostenía que Meiwes debería haber sido condenado por homicidio y no por asesinato, tal y como pretende la fiscalía. Este era su segundo juicio.