Algún fabricante tiene tanta vista que ha creado un juguete --una pieza de plástico en forma de media cáscara de huevo-- que solo tiene una función: ser "la caja de cartón del siglo XXI" para llegar al instinto básico de los niños. Otros apuestan por un derroche tecnológico que haga frente a los videojuegos, mientras que un tercer grupo sigue apelando a algo que no tienen ni la Playstation ni la Xbox ni la Wii: el tacto.

Aunque se aproveche también de las tecnologías, Scalextric es uno de los miembros de esta tercera vía, puesto que "su misión no es competir contra los videojuegos al ser productos diferentes", afirma Daniel Bertolín, del departamento de márketing de Tecnitoys, distribuidor del producto.

En el Scalextric no hay pantallas de por medio. Los coches se tocan, se tunean y se chocan en vivo. Las pistas se tienen que montar, y para ello los niños requieren la ayuda de los padres. Estos son quienes, muchas veces, convencen al hijo para que se pida este regalo.

Entre las novedades de este año, Scalextric ha puesto a la venta en España como exclusiva mundial el Compact Moto GP.