Un joven que conducía ebrio arrolló con su coche en la madrugada del sábado a un grupo de personas que salían de una discoteca en Huesca, causando la muerte a dos y dejando heridos a otras siete. Tres de los lesionados se encuentran en estado muy grave y a uno de ellos, un hombre de 31 años, le han sido amputadas las dos piernas.

El conductor, Víctor Manuel Gómez Rivero, de 22 años y vecino de Huesca, que circulaba a 150 kilómetros por hora, resultó herido leve y dio positivo en la prueba de alcoholemia, con una tasa de 0,70 miligramos de alcohol por litro de aire aspirado, casi el triple del límite permitido.

El accidente, el más grave que se recuerda en la comunidad aragonesa, movilizó ayer al Gobierno de Aragón, cuyo presidente, Marcelino Iglesias, acudió al Hospital San Jorge de Huesca, al que fueron trasladados la mayoría de los heridos. El suceso ocurrió a las 6.30 del sábado, cuando una veintena de personas charlaban a las puertas de la discoteca Manhattan. La entrada de la sala de baile se encuentra situada tras una curva que finaliza un tramo de 1.500 metros en los que los vehículos suelen alcanzar grandes velocidades.