España se convirtió hoy en el cuarto país de Europa en aceptar la clonación terapéutica con la aprobación definitiva en el Pleno del Congreso de la Ley de Investigación Biomédica, que fue apoyada por todos los grupos salvo el PP.

En la votación separada de las enmiendas incorporadas al proyecto a su paso por el Senado, el PP apoyó las negociadas en esa Cámara y votó en contra del núcleo de la ley, explicó a Efe su portavoz en la Comisión de Sanidad del Congreso, Mario Mingo.

El texto prohíbe expresamente la constitución de preembriones o embriones humanos exclusivamente con fines de experimentación y aprueba la clonación terapéutica. Esta técnica consiste en la transferencia del núcleo de una célula adulta de un paciente a un ovocito al que se le ha extraído su núcleo para reprogramar su crecimiento celular y poder crear así células madre embrionarias capaces de crear tejidos u órganos que se puedan trasplantar a la persona enferma.

Este punto ha sido el más polémico de la Ley y suscitó desde un principio la oposición del PP, de la Iglesia católica y de otros sectores. En la defensa de la norma, la ministra de Sanidad, Elena Salgado, señaló que el texto se ha enriquecido durante su tramitación parlamentaria. A su juicio, la norma es una "ley de garantías" que pretende alcanzar un equilibrio entre el respeto a la libertad de investigación y los controles que garantizan que ésta se realiza en el respeto a los derechos del ser humano y, en particular, a la protección de las personas participantes en los ensayos.

Salgado enfatizó que la norma establece que "la salud, el bienestar y el interés" de una persona que participe en la investigación prevalecerá por encima de los intereses de la ciencia. La Ley trata de dar respuesta a las nuevas necesidades de la investigación biomédica y da la oportunidad a España de formar parte de los países que lideran la investigación biomédica.

El PP, única oposición

Por el contrario, para el diputado popular, Mario Mingo, aunque se ha mejorado la iniciativa inicial, que era "francamente mala", -afirmó- sigue conteniendo "elementos nucleares dañinos para la ética y el concepto científico de la realidad de hoy". El Gobierno sigue "empecinado en sus errores" y está "anticuado" desde el punto de vista científico, ya que maneja conceptos anteriores a 1995, cuando las nuevas investigaciones en 2007 apuntan a la posibilidad de reprogramar una célula adulta de la piel, agregó.

El PP votó a favor de algunas enmiendas procedentes del Senado que a su juicio mejoran el texto así como la disposición que permite la creación de bancos de cordón umbilical que tengan por objeto la gestión empresarial de servicios de procesamiento, preservación, almacenamiento y distribución de este material biológico.

Este último fue uno de los puntos rechazados por el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, que apoyó el proyecto de ley aunque lo consideró "restrictivo" y hubiera preferido una ley "más amplia" que incluyera la investigación en medicina de salud pública o epidemiológica. Tampoco apoyó la gestión empresarial de los bancos de cordón el PNV, que defendió en general la norma aunque le reprocha "falta de respeto al reparto de funciones y excesiva centralización".

La diputada del PNV Margarita Uría urgió la modificación del Código Penal que castiga con privación de libertad o inhabilitación a los investigadores que realicen prácticas que ahora quedan autorizadas.

La diputada de ERC Rosa Bonás señaló que la ley responde a la demanda social y abre un camino de esperanza a enfermedades incurables, pero algunas enmiendas introducidas en el Senado vulneran las competencias del Estatuto de Cataluña. En este sentido, Bonás hizo un llamamiento a CiU y al PSC para que "no les dejen tan solos" en la defensa del Estatuto, que es "su Estatuto".

Para CiU la ley ha mejorado en el Senado y defendió la gestión empresarial de los bancos de cordón ya que esta condición "no desvirtúa el carácter altruista" de la actividad, señaló.

El diputado de Coalición Canaria Luis Mardones señaló que la ley responde a una "exigencia política" y "científica".EFE