El Congreso de los Diputados predicará con el ejemplo para preservar del tabaquismo pasivo. A partir de mañana sus dependencias estarán libres del humo de tabaco. Unicamente se podrá encender un cigarrillo en dos zonas acotadas: una parte de la cafetería y en un pasillo del primer piso del edificio nuevo.

En los edificios parlamentarios sólo se podrá fumar en las zonas especialmente habilitadas es la advertencia elegida, evitando la palabra prohibir o similares, que el presidente, Manuel Marín, ha ordenado colocar en un centenar de carteles pegados en estancias y pasillos.

Diputados, secretarias, ujieres, periodistas y cuantas personas accedan al Congreso sólo podrán echar un pitillo o encender la pipa en los menos de 20 metros cuadrados de la zona de fumadores. Este espacio, un trozo de pasillo junto a la Sala de Columnas, ha sido acotado con plantas y amueblado con sofás y unas mesitas con ceniceros.

"Está claro que no se podrá fumar ni en los pasillos, ni en la intimidad de los despachos, ni de los aseos, ni en las cabinas", comentaron fuentes de la alta institución. En consecuencia, han sido retirados todos los ceniceros y los de pie han sido transformados en papeleras.

El veto al tabaco estaba ya vigente en el salón de plenos, donde el presidente Gregorio Peces-Barba lo prohibió hace dos décadas. Pero se fumaba en la mayoría de las comisiones, entre ellas la de Sanidad, y en el resto de las dependencias.

CON RETRASO "La medida debía haberse tomado mucho antes, dado el papel de modelo en la sociedad que tiene el Parlamento", lamentó Rodrigo Córdoba, presidente del Comité Nacional del Prevención del Tabaquismo (CNPT).

El CNPT, que agrupa a 40 sociedades científicas y médicas, ha reclamado la medida a cuatro presidentes. "No era admisible que el edificio del cual emana la legislación para preservar el derecho a la salud y a respirar aire de humo en espacios cerrados fuera el primero en incumplirla", argumentó Córdoba.

El exdiputado de CiU en el Congreso Ignasi Guardans, ahora parlamentario europeo, ha sido el abanderado del cerco al humo en la Cámara. A principios del 2003 inició una batalla personal y reclamó con tres duros escritos que se salvaguardara la salud e higiene en el edificio. Incluso anunció que recurriría al Constitucional.