El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) determinó ayer por unanimidad que la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), la más antigua en activo de España, puede continuar operando con seguridad a lo largo de 10 años más. La decisión abre una puerta a que la central nuclear de Almaraz pueda ver renovada su licencia el año próximo, como es deseo de Iberdrola y Endesa, las dos eléctricas que son accionistas mayoritarias. El sistema eléctrico nacional tiene más dependencia de la instalación cacereña que de la burgalesa, dado que cada una de las dos unidades de Almaraz cuenta con el doble de potencia que la planta castellano leonesa.

El dictamen sobre Garoña no es vinculante y fuentes tanto gubernamentales como próximas al organismo subrayan que Zapatero, que presume de ser antinuclear, podría tomar la decisión de mantenerla abierta solo durante un plazo limitado. Podría ser, por ejemplo, durante un par de años, cuando la central cumplirá 40 años. Ese fue el periodo para el que inicialmente fue diseñada, o incluso podría acordar su cierre inmediato y así ganarse el favor de los ecologistas y los ciudadanos con mayor conciencia medioambiental.

El pleno del CSN, formado por cinco consejeros, dos nombrados a propuesta del PP, dos a propuesta del PSOE y uno de CiU, ha apurado el plazo del que disponía para emitir su dictamen. Aunque el informe de los técnicos era favorable a la continuidad de la central, según fuentes próximas al organismo, los consejeros han necesitado seis sesiones para estudiar la "abundante" y "compleja" información remitida por las direcciones de seguridad nuclear y protección radiológica del CSN y acordar por unanimidad los diferentes términos del dictamen.

Estas fuentes explicaron que el pleno se decantó finalmente por autorizar la prórroga solicitada en el 2006 por Iberdrola y Endesa, propietarias de la central. Si bien, tal como se esperaba, el consejo ha impuesto condiciones relacionadas con mejoras en la seguridad e inversión en nuevos equipos. En este sentido, exige el cambio de todo el cableado eléctrico y la renovación de las válvulas de seguridad.

No obstante, el CSN, que remitió por la tarde el dictamen al Ministerio de Industria y Energía, decidió no hacer público su contenido hasta el próximo lunes, cuando la presidenta, Carmen Martínez, entregará una copia del mismo en mano al ministro del ramo, Miguel Sebastián. Posteriormente, los consejeros ofrecerán una rueda de prensa. El aplazamiento está evidentemente vinculado a la convocatoria de las elecciones europeas. El PSOE quería evitar a toda costa que el dictamen se mezclara con la campaña electoral porque, sea cual fuera finalmente la decisión, uno de los dos sectores del PSOE enfrentados por el futuro de la energía nuclear saldría como perdedor. Y no hay nada peor en unos comicios que ofrecer una imagen de división interna. El hecho de que el CSN haya dado el visto bueno técnico a la prórroga solicitada por la nuclear convierte la decisión de Zapatero en netamente política. El único precedente en España del cierre de una central, la de Zorita (Guadalajara), fue muy diferente. Era el 2002, gobernaba el PP y la decisión de decretar el cierre en un plazo de cuatro años la tomó el CSN, también con la unanimidad de sus cinco miembros. El Ministerio de Industria, que en el 2006 era del PSOE, se limitó entonces a ratificar la decisión.

PLAZO DE UN MES Ahora Industria dispone de un plazo de un mes para ratificar los 10 años de prórroga a la central de Garoña, aunque todas las fuentes gubernamentales dan por hecho que la decisión se tomará en la Moncloa y la mayor parte apuesta porque la cantidad de años será recortada.