Cuando vas a montar un despacho o una oficina, tienes que asegurarte de que la decoración acompañe a tu labor. Evidentemente, no puedes montar tu zona de trabajo como si fuera una carnicería cuando eres un escritor (aunque sobre gustos no hay nada escrito). Esto, sobre todo es importante cuando en el lugar vas a recibir a otras personas porque sea necesario un trato directo.

Una imagen vale más que mil palabras, y por más que tengáis una agradable conversación, si tu oficina es un desastre los demás no se van a quedar precisamente con el contenido del diálogo. Además, si se quiere crear un ambiente acorde a tu actividad, es todavía más importante construir una atmósfera con tus muebles y todo lo que forme parte de esa sala donde se lleva a cabo la profesión.

Hay muchas actividades que requieren de un lugar acondicionado acorde, por no decir todas, pero hoy vamos a centrarnos en la psicología. Seas parte del colectivo de psicólogos en Badajoz, de Madrid, de Valencia o de cualquier punto del planeta; necesitas un consultorio, un lugar donde recibir al paciente y crear un ambiente de relajación para poder tratar lo que le ocurre.

¿Y cómo se prepara este? Preparar un consultorio de psicología no es complicado, pero el punto de partida debe ser claro: las posibilidades son prácticamente infinitas. Hay infinidad de formas de combinar elementos tanto decorativos como prácticos para dar forma a un sitio serio y acogedor, aunque siempre hay que tener en cuenta los pequeños detalles, esos que tanto importan a pesar de su aparente nimiedad.

Puede que te gusta usar sillones de diseño tanto para ti como para esa persona que viene a que la veas, que tengas debilidad por la madera de caoba para la mesa y las estanterías. En el fondo, todo eso suma aunque pueda acondicionarse de forma acorde a tus gustos estéticos. Sin embargo, se deben respetar ciertas normas.

La primera de todas es ser plenamente conscientes de la función principal del lugar. Vale que debe acoger a dos personas, pero todo gira en torno a la comodidad del paciente. Debe encontrarse en un sitio en el que sienta una gran comodidad y pueda relajarse fácilmente, en el que la atmósfera le permita encontrarse a sí mismo poco a poco y abrirse ante el experto. Todo esto ya de por si es difícil, pero si el entorno no acompaña, lo es más todavía.

Las personas acuden a los psicólogos cuando tienen la necesidad de liberar algo, cuando en su interior hay un elemento que no logra dejarlas tranquilas. Algo que no encaja, que molesta, que logra una imparable sensación de intranquilidad o incomodidad. Ahí entra el profesional, tratando de conectar todos esos eslabones sueltos para construir una imagen de lo que sucede, comprenderla y, por supuesto, encontrar una solución al rompecabezas que conforma.

Lo primero que debes valorar para tu consultorio es el color. Evita lo chillón y lo frío y apuesta siempre por aquello que relaje, que en cierto modo sea cautivador. Gamas cromáticas neutras, tonos ocres, mostazas, amarillos suaves o tierra. Todos destilan serenidad y facilitan la concentración de aquel que se ve envuelto por ellos. Se puede experimentar también con la escala de grises y sus contrastes, es una buena forma de estimular la mente.

En cuanto a los muebles a usar, el mobiliario también debe estar en armonía con esa sensación de calidez y calma que se persigue. Realmente no son los grandes protagonistas, ya que su función a veces es meramente ornamental; pero en el momento que hay un elemento disonante, puede conseguir que las personas se desconcentren, o incluso hacer que esa incomodidad por encontrar algo que no encaja con el resto haga salir precisamente a eso que no encaja en su mente. Hay que tratar siempre de dar un toque de personalidad en este apartado, seguir lo barroco es una tendencia muy habitual, aunque no quita que se pruebe con algo más moderno o hasta minimalista.

Alfombras y vinilos para paredes o cuadros pueden terminar de rematarlo todo. Frases positivas o profundas que el paciente vea fácilmente pueden hacer que este lance una opinión que sirva para tirar del hilo. Combinar esto con el estilo del psicólogo sirve tanto a nivel práctico como estético, solo hay que intentar que todo siga una misma línea y, a la vez, pueda estimular la mente de las personas que vienen de visita.

Pudiera parecer que la decoración es algo secundario, pero en un entorno en el que se trata de escudriñar una mente, cualquier elemento cuenta. Hay que conseguir esa calidez y comodidad para que todo fluya.