La noticia del hallazgo del cadáver de Gabriel Cruz, el niño de 8 años desaparecido el 27 de febrero, y la detención de Ana Julia Quezada, la pareja de su padre, ha dejado hoy consternados y sin palabras a los vecinos de Las Hortichuelas, donde se perdió el rastro del menor.

Las mismas calles de esta pequeña barriada, a unos kilómetros de la costa, que hasta ahora estaban llenas de personas que aportaban su granito de arena ante cualquier micrófono que les preguntase por alguna pista ahora guardan silencio ante la presencia de la prensa.

"No queremos saber nada de periodistas", expresa una pareja que deambula por Las Hortichuelas. Poco antes otro vecino decía desde la puerta de su casa que tenía que "irse y ya había hablado suficiente con los medios".

Rosa, la prima de Carmen, la abuela de Gabriel, es de las pocas que atiende aún a los medios y reconoce que se han quedado "muy tristes" ante una noticia que no esperaban.

"Nos hemos enterado por la televisión. Cuando he llegado donde mi prima ella ya no estaba. Es una pena. El niño lo teníamos siempre con mis nietos. Era muy bueno, muy educado. No lo esperábamos", dice.

En el entorno de la casa de Rosa se encuentran otros vecinos, que prefieren preservar su identidad y aseguran que nadie pensó en que Ana Julia pudiese ser la responsable de la desaparición "hasta que pasó lo de la camiseta, fue muy raro que estuviese seca y la encontrase ella".

Este vecino se refiere al hallazgo realizado por Ana Julia durante un paseo por los alrededores de la depuradora de Las Negras, en Níjar (Almería), junto al padre del niño.

"Mi yerno es policía y pasó con un grupo por la mediana y no vio la camiseta. Ahí sí hubo algo de sospechas, porque además estaba seca", dice.

Estas personas añaden nuevos detalles a la jornada en la que desapareció Gabriel, supuestamente a partir del propio testimonio de la ahora detenida.

Recuerdan cómo el niño estuvo jugando en casa de Rosa con los nietos de ésta hasta las doce, cuando fue a llevar pan a la casa de su abuela y se quedó allí para ir con la familia a realizar unas compras a la localidad vecina de Campohermoso.

La familia comió en Las Hortichuelas y sobre las tres y media de la tarde, cuando sólo quedaban en la casa el niño, su abuela y Ana Julia, éste dijo de volver a casa de sus primos para jugar con ellos.

Afirman que la abuela salió a tirar unos desperdicios, que Ana Julia también fue al exterior de la casa y estuvo hablando por el móvil y que poco después se fue en su coche a la localidad nijareña de Rodalquilar, según dijo, a limpiar una casa de su actual pareja y padre del menor.

Nadie se explica en Las Hortichuelas qué ha podido ocurrir en realidad o si la presunta autora actuó sola o acompañada, si bien una vecina, que también prefiere permanecer en el anonimato, insiste en que ese día vio "una furgonetilla blanca" cerca del camino que tomó Gabriel.

Mientras todo esto ocurre, un grupo de psicólogas del 112 de Andalucía se dirige a la casa de Carmen, la abuela de Gabriel, y decenas de personas se manifiestan de forma espontánea ante la comandancia de Almería, donde ha sido trasladada Ana Julia tras ser detenida poco antes de las dos de la tarde en Vícar (Almería).