La Sección Tercera del Tribunal Constitucional no ha admitido a trámite la demanda de amparo presentada por Juana Rivas, la madre que ha huido para no entregar a sus hijos al padre condenado por maltratos, en la que solicitaba que se preserve su derecho a retener a los niños. El alto tribunal argumenta que la afectada no ha agotado previamente las posibilidades de acudir a los tribunales ordinariaos para resolver su caso.

Los abogados de Juana Rivas, del bufete 'Montero Estévez', habían presentado recurso este lunes por supuesta vulneración de derechos fundamentales de Juana Rivas. La madre, residente en Maracena (Granada), ha incumplido la orden judicial por la que debía entregar a sus hijos de 11 y 3 años al padre, condenado en el 2009 por un delito de lesiones contra ella, para que regresen a Italia, donde tienen fijada su residencia habitual. Sin embargo, la madre nunca se presentó y permanece en paradero desconocido.

Vía judicial previa

"El recurso de amparo es de naturaleza subsidiaria, lo que significa que sólo puede interponerse cuando se hayan agotado todos los niveles judiciales previstos en la ley ante los juzgados y tribunales ordinarios. En este caso, la recurrente ha acudido en amparo ante el Tribunal Constitucional antes de agotar todas las posibilidades existentes en la vía judicial previa, razón por la que su demanda debe ser inadmitida a trámite", argumenta el Constitucional.

Los abogados de Juana Rivas solicitaban que en su caso prevaleciera el "interés superior del menor", según ha explicado uno de los letrados, Juan Ramón Montero, tras presentar el escrito. En el recurso pedían así la suspensión de la ejecución del la orden judicial que le obligaba a entregar a sus hijos al progenitor.

El interés de los menores

Montero había defendido que, "por encima de las controversias de los padres, impera el interés superior de los menores", que es precisamente, según ha destacado, "el objetivo del recurso”. El texto en el que se solicita el amparo argumenta que ese interés debe prevalecer y ser protegido sobre cualquier otra norma.

Cuando presento el recurso, Montero recordó que había un precedente similar, el caso de Desirée Vicente, a la que la Audiencia Provincial de Madrid había obligado a entregar a su hija de 5 años al padre, un suizo que se encontraba imputado por un delito de violencia machista contra ella.

Tras presentar un recurso de amparo, el Constitucional anuló la entrega de la niña al padre en el 2016. "Fue un caso muy semejante al que ahora estamos conociendo" , ha dicho Montero.

El padre dice que no es un maltratador

Este lunes también ha trascendido que Francesco Arcuri, la expareja de Juana Rivas, ha anuciado que está dispuesto a negociar una custodia compartida "por el bien de los niños".

Arcuri ha asegurado que no es un maltratador ni un machista que quiera quitarle los niños a la madre. "Nunca le he puesto la mano encima" ha declarado a la agencia EFE, en unas declaraciones en las que también ha asegurado que en el 2009, "aceptó" ser condenado por lesiones en el ámbito familiar por una discusión que ambos mantuvieron cuando convivían en Granada, como única vía para poder seguir viendo a su entonces único hijo con Juana Rivas.

"Hoy me arrepiento muchísimo de haber aceptado esa condena. Quise quitarle tensión a la situación para poder ver a mi hijo. Tras dos meses estábamos otra vez viviendo juntos y, tiempo después, se vino a Italia y tuvimos otro hijo", ha explicado.

Pese a la disputa legal y las diferencias que mantiene con su expareja, ha subrayado que no tiene nada en contra de Juana, que su historia de amor se terminó pero que siempre seguirá siendo la madre de sus hijos y que, por tanto, también está dispuesto a negociar una custodia compartida por el bien de los menores.

Acusaciones cruzadas

Una vez retomada la relación en Italia años después, Juana regresó por vacaciones con sus hijos a España y, en julio de 2016, lo acusó de malos tratos a través de una denuncia que sigue pendiente de ser tramitada ante la justicia italiana.

Aunque Arcuri ha reconocido que la relación con Juana "no estaba bien" y había "tensiones", cree que ella interpuso esa denuncia por malos tratos como una forma de lograr la custodia de los hijos y a pesar de que un equipo de psicólogos había mantenido que no existía ningún peligro o riesgo para los hijos con su padre.

Tras no poder comunicarse con sus hijos, según afirma, desde noviembre de 2016, a pesar de tener reconocida por los tribunales italianos de forma provisional la custodia, ha indicado que se ha visto obligado a denunciar "la sustracción de sus hijos" por parte de la madre.