Los representantes del gestor aeroportuario AENA y de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) vuelven hoy a la mesa de negociación, tras una semana sin reuniones, para tratar de alcanzar un acuerdo sobre el convenio de estos profesionales.

El miércoles 12, AENA y USCA tienen que designar de mutuo acuerdo un árbitro que deberá resolver, a partir del 31 de enero, las discrepancias que puedan surgir durante la negociación del convenio colectivo.

El sábado 15 concluirá la vigencia del estado de alarma que fue decretado el pasado 4 de diciembre y mantiene militarizadas las torres de control. El Ejecutivo ya ha manifestado públicamente que no tiene intención de aprobar una nueva prórroga.

Si AENA y USCA aprueban designar un árbitro, suscribirán un compromiso arbitral en el que constarán las cuestiones concretas sobre las que deberá pronunciarse el laudo arbitral y el plazo para dictarlo. En caso de que las partes no alcancen un acuerdo sobre el nombramiento del árbitro, las negociaciones del convenio se darían por finalizadas el 12 de enero.

TEMOR A UN LAUDO

El portavoz de USCA, César Cabo, indicó que si el próximo miércoles ambas partes no llegan a un acuerdo en la designación del árbitro, por "decisión exclusiva de AENA, las negociaciones se romperán". En ese caso, y al estar bajo el estado de alarma, el portavoz de USCA teme que la empresa pública imponga un laudo arbitral, y manifestó que "hay rumores de que tienen uno en el cajón desde hace meses".

El sindicato de controladores asegura que su actitud "es constructiva y sigue apostando por la negociación", aunque ha reconocido que hay muchos temores e inquietud sobre la postura de AENA.

A su vez, el ministro de Fomento, José Blanco, manifestó en el Congreso de los Diputados el pasado 13 de diciembre que, si el 31 de enero no se ha llegado a un acuerdo, adoptaría otras decisiones "en relación con la negociación" sobre este convenio, que afecta a unos 2.400 controladores, de los que un 95% están afiliados a USCA.