Escocidos por el decreto ley del pasado domingo en el que el Gobierno les bajó el sueldo y les quitó poderes, los controladores aéreos sirvieron ayer una buena ración de miedo. El sindicato mayoritario de este colectivo, USCA, dijo que la seguridad en los aeropuertos españoles está en peligro. Por un lado, el nuevo texto legal, sostuvo su secretario de Comunicación, Rafael López, les amenaza con el despido disciplinario tras cualquier tipo de demora (la norma no dice nada de ese tipo en su articulado) y que en esas condiciones ellos no pueden llevar a cabo su labor.

Por otro lado, el controlador señaló que el personal "no cualificado" de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) estaba ahora tomando decisiones que antes les competían a ellos. Seguidamente, AENA negó con rotundidad las acusaciones del sindicato.

"Difícilmente podemos desarrollar nuestro trabajo con la espada de Damocles de que una demora va a suponer un castigo", declaró López ante los medios de comunicación. "Si todo se enfoca en función de las demoras se pone en peligro el principio de seguridad".

Sin embargo, lo que dice el decreto ley, que mañana será sometido a convalidación en el Congreso de los Diputados, es esto: "Se considera como causa de despido disciplinario cualquier actuación de su personal que afecte negativamente a la seguridad o menoscabe de forma grave o reiterada la continuidad del servicio".

"No quiero generar incertidumbre sobre las operaciones de gestión del aire --dijo López--, pero si AENA no pone freno a esta toma de decisiones por parte de personal no especializado, desgraciadamente, tarde o temprano, todos vamos a sufrir las consecuencias". El representante sindical de los controladores puso entonces un ejemplo. Un caso, en sus palabras, "espeluznante". El pasado domingo, señaló, AENA tomó la "incomprensible" decisión de dar prioridad en el aeropuerto de Barajas a un vuelo de calibración --encargado de verificar los sistemas de seguridad-- frente a los vuelos comerciales, lo que provocó un situación caótica en el aire.

Fuentes de AENA aseguraron poco después que dicho vuelo era absolutamente ordinario. De hecho, continuaron estas fuentes, suele realizarse cada seis meses. Con o sin decreto ley.