Los controladores aéreos decidirán mañana en varias asambleas si aceptan el preacuerdo alcanzado por USCA con AENA para someter a un árbitro las negociaciones del II Convenio Colectivo, cuyo texto debería estar terminado antes del 31 de enero. En declaraciones a Efe, el portavoz de USCA, César Cabo, indicó que los controladores deberán respaldar el preacuerdo firmado con AENA y designar un árbitro que tendrá que ser consensuado con la empresa antes del 12 de enero, con lo que, apuntó, "se levantará el estado de alarma" y continuarán las negociaciones con AENA hasta el 31 de este mes. Añadió que, "a partir de esa fecha y hasta el 28 de febrero, los puntos del Convenio sobre los que haya discrepancias serán desarrollados con la mediación de este árbitro". Sin embargo, Cabo señaló que, si el próximo miércoles ambas partes no llegan a un acuerdo en la designación del árbitro, por "decisión exclusiva de AENA, las negociaciones se romperán". En ese caso, y al estar bajo el estado de alarma, el portavoz de USCA teme que la empresa pública imponga un laudo arbitral, y manifestó que "hay rumores de que tienen uno en el cajón desde hace meses". El sindicato de controladores asegura que su actitud "es constructiva y sigue apostando por la negociación", aunque ha reconocido que hay muchos temores e inquietud sobre la postura de AENA. Por su parte, AENA reiteró en un comunicado su voluntad de diálogo para solucionar definitivamente el conflicto con los controladores aéreos en las negociaciones, y señaló que espera que los dirigentes de USCA compartan su objetivo de llegar a un acuerdo. A su vez, el ministro de Fomento, José Blanco, manifestó en el Congreso de los Diputados el pasado 13 de diciembre que, si el 31 de enero no se ha llegado a un acuerdo, adoptaría otras decisiones "en relación con la negociación" sobre este Convenio, que afecta a unos 2.400 controladores, de los que un 95% están afiliados a USCA.