Tras más de seis meses de tira y afloja, con una amenaza de huelga de por medio y maratonianas reuniones que tenían en vilo a los pasajeros y al sector turístico, el presidente de Aena, Juan Lema, y el líder de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), Camilo Cela, rubricaron ayer un acuerdo, en torno a las ocho de la noche, que según ambas partes "garantiza la paz laboral" y "abre un periodo de normalidad y entendimiento en las relaciones" entre la empresa y el sindicato que aglutina al 95% de los técnicos.

"Los ciudadanos y el sector turístico pueden estar tranquilos porque sus vacaciones no se verán alteradas", señaló el presidente del organismo dependiente del ministerio de Fomento. "Queda olvidada la idea de hacer una huelga", ratificó el presidente de la USCA.

El pacto que ha logrado que ambos se estrecharan las manos ante las cámaras, --y que no fue posible hace una semana, lo que provocó que el sindicato, después de estudiar si ir la huelga, decidiese que en agosto no haría paros, dejando abierta la puerta a otras fechas-- ha sido posible gracias a que AENA ha aceptado una vieja reivindicación de los controladores. Los tiempos de actividad se repartirá en función de la carga de trabajo de cada centro, porque no es lo mismo trabajar en una torre de control de El Hierro (Canarias) que en el Prat. Así, los establecimientos de control se agruparán en cuatro categorías: en los que menos se trabajará 1.200 horas anuales y en los que se harán más de 1.500 horas. Por tanto, el gestor acepta la petición de reducir las 1.670 horas que establecía el decreto aprobado en febrero. Si es necesario cubrir más horas, se pedirán voluntarios. Eso sí, el sueldo también se rebajará porque el ofrecimiento de un salario de 200.000 euros anual hasta el 2013, es para el que trabaje la jornada máxima.

Para cubrir las bajas se han establecido dos mecanismos. Por una parte, las llamadas imaginarias (servicios de guardia localizada) para las ausencias sobrevenidas en el día. Y, en el caso de bajas conocidas con 48 horas de antelación, se crea un mecanismo de cobertura voluntaria.