Un vecino de Sant Hilari Sacalm que al parecer sufre trastornos mentales ha estado conviviendo durante dos o tres meses con su padre muerto y sentado en la mesa del comedor, según han informado hoy fuentes cercanas al caso. El domingo pasado, una de las hijas de Andreu Vilar, un vecino de Barcelona de 94 años que hace un par de años, tras la muerte de su esposa se fue a establecer en el número 42 de la calle Montseny de Sant Hilari, fue a ver qué tal estaban su padre y su hermano, que convivían en esta casa.

La hija descubrió entonces que su padre estaba muerto e inmediatamente se puso en contacto con los Mossos d'Esquadra, que inspeccionaron el inmueble y comprobaron que no se apreciaban signos de violencia. La comitiva judicial se presentó en el lugar y levantó el cadáver y en principio la autopsia ha confirmado que el anciano murió por causas naturales, posiblemente pasadas las fechas navideñas, que es cuando la familia se reunió por última vez.

Según fuentes cercanas a la investigación, todo apunta a que el hijo del anciano, de 65 años, que al parecer padece esquizofrenia, se percató hace entre dos y tres meses de que su padre había fallecido, pero siguió haciendo una vida aparentemente normal, con el muerto sentado en la mesa del comedor, frente al televisor.

Los sanitarios que acudieron al domicilio trasladaron al hijo al hospital psiquiátrico de Salt para que se le realizara un reconocimiento que permitiera determinar cuál era exactamente su estado mental. Varios vecinos han explicado que el hijo se ocupaba bien de su anciano padre y que algunas veces habían visto a este último a través de las persianas de la vivienda, siempre de espaldas y sentado en la mesa, muy encorvado y con la cabeza ladeada.

En lo que no coincidían los vecinos es en determinar cuánto tiempo podía llevar muerto el anciano en el interior del domicilio, ya que mientras que algunos hablan de hasta cuatro meses, otros dicen que entre tres semanas y un mes.