La fidelidad de los pacientes con infarto a los fármacos que deben tomar regularmente se redujo hasta un 8 % en España, sobre todo con los más caros, en los meses siguientes a la decisión del Gobierno de introducir el copago para los pensionistas y elevar la aportación de los trabajadores, según informa la revista Heart, que publica un estudio sobre las repercusiones de la reforma sanitaria aprobada en 2012.