TLta fama consiste en que gente a la que no conoces sueñe con salir de cañas contigo. Muchos extremeños han contestado en una encuesta que se llevarían de copas a Ibarra , a Zapatero y a Bebe . En este orden. Elegir a un político como compañero de copas requiere de un sentido de la actualidad del que carezco. A no ser que los encuestados tuvieran poca sed y muchas ganas de que alguien les eche una mano en las oposiciones a la Administración Pública. Caso distinto es Bebe que, además de mujer atractiva, sabe tocar la guitarra y eso, a partir de la tercera caña, es algo impagable. Confieso que mi madre es de las que mataría por echar unas cañas con Ibarra, aunque fueran sin alcohol. Pero me temo no haber heredado su afán político. Eso no significa que uno carezca de mitos. Sin ir más lejos, esta Semana Santa he hecho mi particular peregrinación a Las Viñas, a conocer a Trapiello . Un escritor a quien admiro sinceramente. Un tipo que me ha hecho disfrutar muchísimo, y sin ponerme jamás una mano encima. Lo encontré en su jardín, talando un árbol. Y resulta que una vez que lo tuve enfrente no teníamos mucho que decirnos. Qué va a decir un hombre con más de cuarenta libros publicados: no le quedarán palabras. En cuanto a mí, yo no estaba allí para hablar, sino para mostrar mi agradecimiento, para poder decir --cuando ese hombre alcance el prestigio de Baroja, que lo alcanzará-- que un día estuvimos bajo el mismo techo. Y aún así, no sentí pena por no habernos ido los dos de cañas por Trujillo. Para las copas habría preferido a Mónica Belucci . Los mitos, para seguir siéndolo, requieren de más espacio que el que da el mostrador de una taberna.