Milán le vio nacer porque sus padres estudiaban allí Arquitectura. Tel Aviv le vio crecer porque su origen es israelí. Badajoz le vio y le fichó porque el Extremadura Pines necesitaba un jugador como él.

Tom Preiss, 31 años, genio y figura: balonmanista, escritor, compositor, guionista, cocinero.... Hasta los 17 años, en Israel a Tom no le atraía el balonmano. "Jugaba más al baloncesto y al fútbol pero mi hermano Yariv y el entrenador Arik Shapira me convencieron para jugar en el Hapoel Ramatgan después de decirles varias veces que no".

El serviciio militar llamó a su puerta, siendo obligatorio durante tres años para los hombres y dos para las mujeres, pero al ser jugador de la selección tuvo el privilegio de no tener que utilizar las armas más que para hacer trabajos de preparación de material. "Sufres porque no puedes salir del país ni trabajar ni ganar dinero pero cuando termina, el servicio militar es importante para la vida y la experiencia", asegura el jugador.

Un país seguro

Tom cree que tenemos una visión equivocada de su país. "En Israel hay más seguridad que aquí pero es difícil construir con los radicales palestinos". La excepción es una pequeña ciudad cerca de Gaza, en donde los tiros forman parte de la vida cotidiana. "Allí sí es peligroso pero en el resto de Israel no tenemos miedo".

Su mejor amigo en Badajoz es el meta cacereño Borja Presumido, "al que invito a mi país y garantizo que no le pasará nada", según comenta.

Ahora, muy sensibilizado con los problemas, escribe en dos páginas web de Israel sobre el lado más humano del deporte y sobre su pasión del balonmano, además de componer canciones de amor "y de las cosas de la vida", y el guión de alguna película. "Mi mejor virtud es mi corazón", explica, para ensalzar el valor de la amistad. "Para mí es importante un amigo auténtico y no de palabra. Parece que aquí todos viven para ellos...".

De Badajoz le gusta "la fiesta" y también la comida, "aunque la de mi país es mucho más variada, aquí siempre se come igual. Me gusta cocinar cuando tengo paciencia y si no, cocina mi novia". Y no le gusta "la falta de limpieza y los aparcacoches ilegales".

Cree que la ciudad extremeña "tiene un gran potencial de futuro" y desconoce si por entonces será habitante de ella. "No sé si el equipo querrá que siga pero sí me gustaría aportar más en ataque ya que en mi país metía 7 u 8 por partido y aquí defiendo más".

Así es Tom Preiss, todo un crack que en solo seis meses habla español casi perfectamente y no se corta en decir todo lo que tenga que decir, tanto en la cancha de balonmano como fuera de ella. Así es un deportista diferente en Extremadura.