´MI VIDA SIN MI´

DIRECTORA: Isabel Coixet. INTERPRETES: Sarah Polley, Leonor Watling, Deborah Harry. SALAS: Cáceres.

Primer gran acierto de Isabel Coixet, y grande: haber escogido a Sarah Polley para interpretar a la protagonista de Mi vida sin mí , Ann, una joven de 23 años a la que le quedan dos o tres meses de vida por culpa de un tumor que se extiende por su cuerpo como la marea negra.

La excelente actriz de Dulce porvenir y El perdón ofrece en todo momento un elogio del matiz, de la contención. En su actitud y en la forma de dirigirla, Coixet comienza a erigirse este notable y austero melodrama. Polley pertenece ya a ese reducido grupo de actrices que sabes que nunca te van a defraudar.

Segundo gran acierto de la directora española que logra sus mejores filmes cuando los dirige en EE UU y en inglés: Mi vida sin mí se parece en su iluminación, el tono, el gesto e incluso algunos escenarios a Cosas que nunca te dije su anterior experiencia norteamericana. De hecho, la película podría haberse titulado perfectamente Cosas que hacer antes de morir , que es el nombre con el que la protagonista encabeza su diario poco después de enterarse de su enfermedad.

Hay muchos más aciertos. La relación que la joven mantiene con el doctor que le comunica la enfermedad es de una extraña emotividad. La presencia breve de la otra Ann del relato (Leonor Watling), la mujer que Ann elige para que su esposo pueda iniciar una nueva vida: ella le cuenta la triste historia de los siameses que no vivieron más de 30 horas después de nacer.

Coixet relativiza la tristeza, mitiga el dolor y cuenta con sencillez lo difícil que resulta morir cuando aún no se han cumplido todos los sueños. No es poco.