Comercios y bares de la localidad santanderina de Santoña lucieron ayer crespones y cerraron por la tarde durante dos horas en señal de duelo por la tragedia del barco pesquero ´Nuevo Pillín´, mientras que el ayuntamiento del pueblo decretó tres días de luto y canceló las actividades oficiales. El multitudinario funeral por el patrón y los dos marineros muertos se celebró en la iglesia de Santa María de Puerto, y fue presidido por el obispo de Santander. Santoña, que posee la principal flota de bajura de la comunidad autónoma de Cantabria, no vivía una tragedia similar desde el año 1936, cuando naufragó un pesquero que llevaba 16 tripulantes a bordo.