Desde que se popularizara el acrónimo ONG para agrupar a aquellas asociaciones que realizan tareas sociales sin afán de lucro, las oenegés no habían vivido nunca una crisis como la actual. A la caída --por primera vez en 10 años-- en los ingresos de estas asociaciones se suma el aumento del número de personas que solicitan su ayuda. Según varios expertos ayer reunidos en Barcelona, esta reducción de fuerzas y ese aumento del esfuerzo a realizar obligará a las organizaciones a crear alianzas e ir de la mano para poder ofrecer un buen servicio y, sobre todo, evitar la redundancia de oferta. Se producirán una suerte de fusiones, aunque "nadie comprará a nadie", señaló el máster de dirección y gestión de oenegés que organizan la escuela de negocios Esade y La Caixa, Ignasi Carreras.