Como "un paso adelante en la investigación y tres atrás en tratamientos" han calificado los especialistas en fecundación artificial la decisión del Gobierno de modificar la ley de reproducción humana asistida. Por un lado, aplauden la decisión de permitir la investigación con embriones congelados, pero, por el otro, consideran que limitar el número de óvulos fecundados e implantados tendrá dos consecuencias negativas: el encarecimiento de los tratamientos y el aumento de las molestias que deben soportar las parejas.

La medida, que --salvo casos excepcionales-- limita a tres la cantidad de embriones implantados por ciclo con el fin de prevenir los embarazos múltiples, traerá consigo "un descenso en la tasa de éxitos" y "condenará a las parejas a repetir los ciclos", según manifestó Rafael Bernabeu, responsable de la Clínica Bernabéu de Alicante. Tanto los médicos como los representantes de los pacientes coinciden en que ésta debe ser una decisión que deben tomar los especialistas y la pareja.

El anteproyecto de ley del Ministerio de Sanidad, de hecho, prevé sanciones para las clínicas que produzcan embriones en exceso, que en algunos casos pueden llegar a la suspensión de actividades. También obliga a los centros a disponer de un seguro que garantice una compensación económica a las parejas en caso de que los embriones congelados sufran daños. Sanidad justifica estas medidas por la necesidad de proteger la seguridad de los óvulos.

La científica Margarita Salas se mostró, en declaraciones a Efe, por su parte, "muy contenta" de que la reforma "haya dado un primer paso" hacia la investigación con células madre.