Los responsables de Barcelona Acció Solidària (BAS), la oenegé organizadora de la caravana que fue asaltada en Mauritania y que tiene a tres voluntarios secuestrados, están molestos con las críticas que han recibido por no haber valorado bien el peligro al que se enfrentaban. Según el director de la caravana, Francesc Osan, esos comentarios "no son justos". No obstante, de momento, prefiere morderse la lengua. "Ahora es el momento de hacer piña entre todos y esperar la liberación de Alicia, Roque y Albert", comentó.

Por este motivo, Osan desautorizó los comentarios que ayer realizó un colaborador de BAS, Xavier Altozano, a la agencia de noticias Efe. Altozano criticó duramente al Ministerio de Asuntos Exteriores y a otras oenegés por cometer "una equivocación brutal" al difundir "mensajes de alarmismo y miedo" sobre la situación en Mauritania.

"No suscribo sus palabras. Hay cosas que decir, pero ahora no toca", insistió Osan, aunque no ocultó su malestar con las últimas críticas, procedentes de Ignasi Carreras, exdirector de Intermón-Oxfam. "Un convoy de 12 camiones tiene mucha visibilidad y atrae la atención. De lo que se trata es de trabajar sobre el terreno, fomentando las capacidades locales", manifestó Carreras. Osan recordó que la caravana lleva precisamente ayuda material a 116 proyectos en poblaciones de Marruecos, Mauritania, Senegal y Gambia.

DESPLIEGUE AEREO En el escenario del secuestro, parece haber menos discrepancias. Incluso Argelia y Marruecos, dos acérrimos enemigos por el conflicto territorial del Sáhara Occidental, han unido sus fuerzas, esta vez, por una causa común: la búsqueda de los tres cooperantes españoles. Ambos países están llevando a cabo un enorme despliegue aéreo, y en menor medida, terrestre a lo largo de sus fronteras con Mauritania para cortar las posibles vías por donde puedan huir los secuestradores.

Además de bloquear los pasos fronterizos, Argelia ha desplegado a 3.000 soldados en los 450 kilómetros de frontera que tiene con Mauritania. Ese control militar está compuesto por aviones de combate, helicópteros y patrullas móviles que trabajan día y noche para evitar la huida de los secuestradores, a los que asocian directamente con terroristas o también mercenarios y bandidos a sueldo de Al Qaeda.

Marruecos ha llevado a cabo un despliegue de helicópteros, aviones y todoterrenos. "Los militares marroquís están colaborando muy estrechamente con nosotros", aseguró un agente de los servicios secretos mauritanos. Además, han avisado a a las familias nómadas para que no bajen la guardia sobre cualquier indicio que pueda conducir al paradero de los tres cooperantes catalanes. Desde el Gobierno español, el único mensaje que se traslada a la opinión pública es que "la crisis va a ser muy larga", informa Albert Ollés.