Los sevillanos no reprimieron ayer su estupor e indignación por la crueldad de los asesinos de Marta del Castillo. Bajo insultos y gritos de "asesinos", Miguel Carcaño y Samuel Benítez, los dos presuntos autores de la muerte y desaparición de la joven, abandonaron ayer tarde los juzgados de Sevilla camino de la cárcel.

El juez instructor decretó su ingreso en prisión sin fianza acusados de asesinato y detención ilegal. Su cómplice, un chico de 15 años, ingresó poco antes en un centro de menores por un delito de encubrimiento. Las fuerzas de seguridad concluyeron, sin éxito, el tercer día de búsqueda del cadáver en el río Guadalquivir.

Tras cuatro horas de declaración, el juez acusó a Miguel Carcaño, de 20 años de edad y exnovio de Marta, y a su amigo Samuel Benítez, de 22 años, del asesinato u homicidio de la joven y, subsidiariamente, de detención ilegal sin dar razón del paradero de la chica. La aparición del cadáver se revela clave en la investigación y el posterior juicio, ya que su autopsia permitiría conocer si Marta ya había fallecido cuando fue arrojada al río o todavía vivía.

DOS NUEVAS DETENCIONES Desde el pasado domingo, y a raíz de las declaraciones de los dos acusados, se han producido otras dos detenciones. Se trata de un menor de 15 años, primo de Benítez y que pudo ayudar en el traslado del cuerpo, aunque por ahora solo se le acusa de encubrimiento. Un juez de menores de Sevilla ordenó su ingreso en un centro de menores en régimen cerrado.

El último arrestado, Javier Carcaño --hermano de Miguel y de 39 años de edad--, pasará hoy a disposición judicial también como presunto encubridor.

Las fuerzas de seguridad intensifican la búsqueda del cuerpo de Marta y no se dan plazo para terminar los trabajos, aunque temen que se puedan prolongar en el tiempo, ya que las mareas desplazan los objetos a varios puntos del Guadalquivir en poco tiempo. Algunas fuentes aventuran incluso que, hasta que no avance la primavera y baje el caudal, el cuerpo no aparecerá, y esto si la corriente no lo ha arrastrado ya hasta la desembocadura del río.

Pero el interés de la policía, que mantiene abiertas las diligencias ante las confusas declaraciones de los detenidos, es también reconstruir la secuencia de los hechos. Los agentes dan por seguro que Marta nunca regresó a su casa y que fue asesinada a golpes en la vivienda de Carcaño con un objeto contundente. A partir de ahí, las hipótesis apuntan a que este reclamó la ayuda de su amigo Benítez, y puede que también del primo de este, para deshacerse del cadáver.

MUESTRAS GENETICAS Asimismo parece confirmarse, por las muestras genéticas halladas, que movieron el cuerpo en una silla de ruedas que perteneció a la madre de Carcaño, discapacitada. Según las primeras investigaciones, después trasladaron el cadáver hasta el río en una motocicleta, aunque también pudieron hacerlo en un vehículo propiedad de un familiar. Es por eso que los agentes encargados de la investigación del caso no descartan que los detenidos puedan estar encubriendo a más implicados.