Ya son cuatro los muertos en los casi 150 incendios que queman Galicia, la mayoría intencionados. Dos de estas víctimas han fallecido en el interior de una furgoneta que ha sido pasto de las llamas en la carretera que une las parroquias de Camos y Chandebrito, en el municipio de Nigrán, en el área metropolitana de Vigo. El tercer fallecido es un hombre de 78 años de Carballeda de Avia, en Ourense, que ha muerto mientras intentaba apagar las llamas de un corral para salvar a sus animales.

Un hombre de 70 años murió anoche tras sufrir una caída cuando intentaba apagar un fuego en la parroquia de San Andrés de Comesaña, en la ciudad pontevedresa de Vigo, según han informado hoy a Efe fuentes sanitarias, es la cuarta víctima.

El hombre fue atendido y trasladado en una ambulancia medicalizada hasta el hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, donde ya llegó sin vida.

Ésta es la cuarta víctima mortal relacionada con los incendios forestales que arrasan Galicia, tras el fallecimiento de dos mujeres de avanzada edad en Nigrán (Pontevedra) y de un varón en el municipio ourensano de Carballeda de Avia.

Más de 150 fuegos forestales

Es la consecuencia más trágica de la plaga de casi 150 fuegos forestales que han quemado al menos 4.000 hectáreas en Galicia desde el viernes. El domingo por la noche ardían 30 incendios, con una situación de riesgo real para la población en 13 puntos repartidos entre las provincias de Lugo, Ourense y Pontevedra.

Los dos fuegos más importantes son el que se originó en Ponteareas (Pontevedra), que según la última estimación afectaba a 1.500 hectáreas, y el de Montederramo y Vilar de Barrio (Ourense), que según los últimos datos había quemado ya 500 hectáreas.

La Xunta apunta a "clara intencionalidad", con riesgo para la población, en los focos del incendio de Ponteareas. Se trata de "actividad incendiaria homicida", con las condiciones meteorológicas "más adversas posibles", en medio de una sequía "continuada" y vientos "cada vez más intensos" por la cercanía del huracán Ofelia en su ruta por el Atlántico hacia Irlanda, ha asegurado el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

De hecho la Agencia Estatal de Meteorología ha activado para el lunes avisos de color amarillo (riesgo) a causa de los vientos originado por Ofelia en las provincias de A Coruña y Lugo, así como en Cantabria, León, Navarra.

Por si todo esto fuera poco, en Portugal se declararon el domingo 300 incendios forestales, de los que casi 90 permanecían activos por la noche. La situación en el país vecino obliga a los medios de extinción gallegos a destinar esfuerzos para evitar que las llamas entren en su territorio. "Sabemos apagar fuegos en condiciones adversas, pero estas condiciones todas juntas no las viviéramos en la última década", ha resumido Feijóo.

Núcleos habitados

El área metropolitana de Vigo está siendo una de las más afectadas por la ola de incendios que azota Galicia. La Xunta ha suspendido por este motivo las clases de este lunes en cuatro centros escolares del entorno de la ciudad olívica, donde han tenido que ser evacuados por la proximidad de las llamas varios núcleos de población. Los propios vecinos ayudan en las tareas de extinción con sus propios medios, ya que el fuego cerca muchas viviendas.

La cercanía de las llamas ha obligado a desalojar a última hora de este domingo el centro comercial Travesía de Vigo, así como la residencia estudiantil del campus de la Universidade de Vigo, en Beade. Varias industrias han sido asimismo evacuadas.

Territorio del oso pardo

Aunque en mucha menor medida, también Asturias y Cantabria sufren la plaga de incendios. En el principado había el domingo por la noche 13 incendios activos, uno de los cuales, el declarado en Ibias, amenaza la reserva de Muniellos, donde se encuentra el robledal mayor y mejor conservado de España. Esta zona protegida de unos 57 kilómetros cuadrados acoge también hayedos, abedules y acebos que forman parte del hábitat del oso pardo y el urogallo, entre otras especies.

En Cantabria quedaron sofocados el domingo los incendios forestales provocados de la Población de Suso y el Henar, ambos en la Sierra de Hijar, a escasos metros uno del otro.