TDte la fraseología bíblica me gustó de manera especial aquella de "mi reino no es de este mundo". Me acordé de la frase cuando escuché que los obispos no habían pedido el voto para ningún partido en concreto pero sí se habían atrevido, como es lógico, a advertir a sus seguidores sobre lo incongruente que sería apoyar con una papeleta a opciones que van contra preceptos fundamentales de sus creencias. Nada que objetar si no fuera por la amnesia parcial que denota el episcopado cuando enumeran qué debe tener en cuenta un cristiano a la hora de votar: nombran la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que no contraviene ni un solo renglón de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, o el matrimonio de personas del mismo sexo, sobre el que nada he encontrado en el nuevo testamento. No son tan preocupantes las menciones como las ausencias: se olvidan de recomendar que tampoco se vote a partidos que apoyan guerras injustas, ataques a poblaciones civiles con resultado de muerte, la perpetuación de la pobreza en el mundo o que se sirven de la mentira pura y dura. La verdad es que se echa de menos un poco más de valentía en los prelados, que bien podrían aprovechar estos días de fiesta pagana para quitarse definitivamente la máscara y afiliarse al partido de Rajoy . A buen seguro que nos hablarían mucho de esperanza --Aguirre -- y poco de gallardía --Alberto Ruiz --. Tal vez sea hora de reutilizar aquella frase bíblica, que se usó para justificar la abstención ante lo terrenal, y cambiarla por el sugerente título de la última novela de JoOo de Melo : Mi mundo no es de este reino .