La Cumbre Mundial del Clima cerró ayer en Montreal (Canadá) su primera semana con escasos resultados en el tema estrella que debe afrontar: la reducción de los gases de efecto invernadero a partir del 2012, una vez el protocolo de Kioto pierda su vigencia. Además del boicot activo que protagonizan los EEUU a cualquier tipo de acuerdo, la negociación está bloqueada por la oposición de los países en vías de desarrollo a asumir cualquier tipo de compromiso.

Se trata de estados que firmaron y ratificaron el protocolo de la ciudad japonesa, pero a los que no se les asignaron cuotas al considerarse que partían de unos niveles de emisión per cápita muy bajos. Ocho años después de ese acuerdo, la UE cree que el escenario ha cambiado sustancialmente y que, sin el compromiso de países como China y la India, será imposible alcanzar la contención mínima para mitigar el cambio climático.

TOMAR MEDIDAS "Aunque los europeos llegáramos a emitir cero, si nadie más tomara medidas no serviría de nada", se lamentaba ayer Teresa Ribera, directora de la Oficina Española de Cambio Climático, que ha pilotado la delegación española.

Pero la representante de esos países en el grupo de técnicos de alto nivel que negocian el asunto, la filipina Bernarditas C. de Castro-Müller lo ha dicho muy claro: "Los desarrollados son los que han creado el problema del efecto invernadero y son ellos los que tienen que resolverlo".

La esperanza de la UE se centra en que la postura del bloque (denominado G77 más China) no es homogénea. Brasil dio un paso al frente en la jornada inaugural y se mostró dispuesto a asumir compromisos, aunque de carácter voluntario y sin ninguna penalización por incumplimiento. China no fue tan lejos, pero empieza a apuntar los primeros cálculos de sus emisiones. México ya hace tiempo que dio el mismo paso que Brasil.

BOICOT AMERICANO Pero, en contra de estas perspectivas, está jugando EEUU. Se opone a que la cumbre cierre cualquier acuerdo sobre el pos-Kioto, y a que lance mensajes disuasorios a los países en vías de desarrollo para que no se sumen al que se adopte. Su argumento es el de siempre: acuerdos como el de Kioto, que suscribió pero no ratificó, son un freno al desarrollo económico.

La posición de UE en las primeras jornadas ha sido intentar atraer tanto a los EEUU --emiten el 25% de total mundial de los gases--, como a los países en vías de desarrollo. Hasta ahora no ha sido posible, pero los comunitarios esperan que en el tramo ministerial de la conferencia, que se inicia el martes, pueda abrirse alguna vía de negociación.

Kioto fijó una reducción del 5,2% en las emisiones de los países desarrollados que lleva camino de cumplirse, pero todos los expertos coinciden en que, después del 2012, el esfuerzo debe ser mucho mayor. La UE propone bajar de un 15% a un 30%.

Además, el pesimismo está cundiendo entre los grupos ecologistas nada más empezar la cumbre. Y tienen muy claro quien va ser el culpable de la posible falta de acuerdos. "EEUU no va aceptar nada", dicen.