Los masivos desprendimientos causados por el seísmo obstaculizan el curso de los ríos y ponen en peligro a miles de personas en la provincia de Sichuan. China dijo ayer que hay 21 ríos frenados por estas presas naturales. Algunas han llegado al límite de su capacidad y si cedieran podrían causar inundaciones fatales. Hay un lago al borde de su capacidad a tres kilómetros de Beichuan, la ciudad más castigada por el cataclismo. El sábado, el rumor de que iba a desbordarse provocó la huida de civiles, soldados y equipos de salvamento hacia las laderas.

Las miles de réplicas también han castigado seriamente algunos embalses, aunque hasta el momento no se ha desbordado ninguno. El Ministerio de Reservas de Agua ha enviado 25 equipos a las presas para prevenir más desastres.

MONTAÑAS PARTIDAS En la comarca de Qing Chuan, a 200 kilómetros del epicentro, el seísmo talló de cuajo varias montañas a la altura del pueblo de Dong He Kou. "Escuché una gran explosión que me tiró al suelo. Miré hacia arriba y había desaparecido la montaña. Miré hacia abajo, y mi pueblo también", cuenta Yang Li Bian, una campesina de 64 años. Cinco pueblos y un millar de personas quedaron sepultados en segundos bajo 30 metros de rocas, tierra y árboles. "Solo nos salvamos los que recogíamos maíz en la ladera contraria y los estudiantes", dice Yang. La fisonomía del valle cambió, quizá para siempre.

Además de la factura humana, el terremoto también ha golpeado la estética de Sichuan, que rivaliza con Yunnan como la provincia china más bella. Situada en el interior rural, conserva paisajes agrestes que escapan al febril desarrollismo del país.

Son características las cuadrículas de campos de arroz en las laderas de los valles, beneficiadas por un río en su lecho. Esos son los ríos afectados y costará liberarlos.

Las toneladas de roca y árboles caídos frenan el paso del río Qing Zhu en Qing Chuan. Hasta los años 60, las barcas que lo remontaban eran la única forma de acceder a esta aislada comarca. La paulatina reducción de su caudal, que no superaba antes del seísmo el metro de profundidad, estimuló la construcción de la carretera.

El río prístino y escaso de la semana pasada es hoy un enorme lago de agua marrón que aumenta cada día. Los viejos pinos que aguantan sobresalen como arbustos sobre sus aguas.

CUBIERTO POR TIERRA Y AGUA Desde el día siguiente al terremoto, los que vivían en los pueblos más allá de la nueva presa se alertaban con mensajes de móviles sobre el crecimiento del caudal. Ya ha sido evacuado el pueblo de Qianjin, donde el agua había llegado a las calles.

El pueblo de Yang, primero enterrado por las piedras, está ahora cubierto por agua. "No nos queremos ir, hemos vivido aquí durante cuatro generaciones, pero la zona está totalmente devastada. Va a ser imposible mover esta nueva montaña de escombros", asegura Lin Hua, médico de provincias. La nueva cordillera de rocas y tierra llega hasta donde alcanza la vista, y hay frecuentes desprendimientos que la agigantan.

La réplica de la madrugada del sábado mató a tres personas e hirió a un millar, tiró un buen número de edificios ya debilitados y dañó 377 kilómetros de carreteras y seis puentes. Miles de personas traumatizadas por el terremoto salieron corriendo a la calle. El temblor registrado fue de 5,7 grados en la escala Richter --el mayor desde el terremoto que asoló el país--, con epicentro en Jiangyou.