El francés Albert Fert y el alemán Peter Grünberg fueron galardonados ayer con el Premio Nobel de Física del 2007 por haber logrado que la magnetorresistencia, un extraño comportamiento de la materia, dejara de ser un pasatiempo de físicos teóricos y llegara a la esfera de lo cotidiano en forma de discos duros de ordenadores y otros aparatos electrónicos como cámaras fotográficas y reproductores de música.

Dice el acta de la Academia Sueca de Ciencias, encargada de la concesión del premio, que los trabajos de Fert y Grünberg, presentados hace apenas dos décadas, "permitieron reducir enormemente el tamaño de los discos duros y aumentar por 100 su capacidad de almacenamiento".

Fert, investigador de la Universidad de París Sur, y Grünberg, del Centro de Investigaciones de Julich, en Alemania, presentaron sus descubrimientos de forma independiente pero simultánea en el año 1988.

"La magnetorresistencia se conocía desde hacía casi un siglo --resume Javier Tejada, catedrático de Física Fundamental de la Universitat de Barcelona (UB)--, pero Fert y Grünberg tuvieron el gran mérito de sacarle rendimiento". De sus trabajo surgió justamente la magnetorresistencia gigante (GMR, en siglas inglesas) y ahora ya se habla incluso de la magnetorresistencia colosal (CMR).

¿Y qué es la magnetorresistencia? Esencialmente, es la propiedad que tienen los metales de cambiar su resistencia eléctrica si se les aplica un campo magnético. Estos cambios ya se conocían desde hace tiempo, pero eran tan minúsculos que no tenían interés tecnológico, asegura el catedrático de Física.