Los comerciantes de Ciutat Vella han cifrado en cerca de 200.000 euros los daños causados por los actos vandálicos protagonizados el viernes por una serie de jóvenes tras la fallida convocatoria del macrobotellón en Raval.

El comercio más perjudicado fue el de la cadena de congelados de La Sirena, en la calle del Carme, que además de la rotura de los cristales, fue víctima de actos de pillaje de su mercancía e instalaciones, así como la fachada modernista del bar Almirall, en Joaquín Costa, que resultó muy dañada por un fuego provocado por los vándalos.

Por otra parte, en Salamanca, los cuatro detenidos por los disturbios del sábado salieron ayer de la cárcel.