"Gracias a todos por venir. ¡Qué nervios!" Así es David Bisbal, agradecido y nervioso, pura adrenalina. Ese chico con cara de bueno-malo, picarón y natural, por quien nadie daba dos duros cuando llegó a la academia de Operación Triunfo, publica su segundo disco, Bulería , en el que se estrena como letrista. Casi dos millones de ejemplares vendidos de Corazón latino son su mejor tarjeta de presentación. Es la hora de la verdad para un joven cantante que quiere "seguir evolucionando y aprendiendo" y al que le gustaría "morir en el escenario, como Celia Cruz".

Se ponen a la venta 350.000 discos y antes de estar en las tiendas ya se encuentran en la manta. Bulería reúne 12 canciones a ritmo de rock latino, rumba que deriva en salsa y variedad de baladas. ¿Y el punto aflamencado de la pieza que da título al disco?

"No sólo hay que llevar la tierra en la boca sino también en la música", explica. Reconoce que puede ser un obstáculo cuando se presente en Latinoamérica, pero aclara: "Al final, lo que hago es una rumba y eso lo entiende todo el mundo".