Bronco y visceral. Así fue este jueves el debate en torno a la pretensión del PP y Cs de endurecer la prisión permanente revisable. Al mismo tiempo que Ana Julia Quezada declaraba ante el juez y la Guardia Civil daba detalles sobre el macabro asesinato de Gabriel, el Congreso ofrecía un espectáculo bochornoso, con una derecha usando sin tapujos el dolor de las víctimas y la conmoción social y una izquierda -y los nacionalistas- incapaz de defender con argumentos jurídicos y técnicos su rechazo a la figura punitiva, que pretende derogar.

Media hora antes de que comenzara el debate, llegaron los familiares de los asesinatos más mediáticos, como el padre de Diana Quer, de Marta del Castillo o de Mari Luz Cortés, que fueron recibidos por la presidenta del Congreso, Ana Pastor, antes de acceder a la tribuna. Previamente tuvieron tiempo de ‘entrar’ en varias televisiones, para presionar con altavoz mediático incluido, al PSOE para que haga como Cs y pase de oponerse a la prisión permanente, a defenderla.

Con el añadido de que el partido naranja no reconoce haber cambiado de opinión, en medio de la guerra fría abierta con el PP por electorado más conservador. Según remachó este jueves Albert Rivera, ellos siempre dudaron de la constitucionalidad de la prisión permanente, de ahí que defiendan esperar a que haya un pronunciamiento el Tribunal Constitucional y mientras endurecer el acceso al tercer grado.

Abrazos y reuniones

Rivera recibió a las víctimas. Los diputados del PP les abrazaron en los ascensores y les mostraron de diversas maneras su apoyo. Y Rajoy se reunió con ellos una media hora. Al término, Juan Carlos Quer, que esta semana se ha reunido con todos los partidos, señaló que “le consta” que, a partir de ahora, el trámite será “sereno”. Todo lo contrario de lo sucedido en el pleno y fuera de él, donde los abucheos, los gestos desaprobatorios y los gritos de “fuera, fuera” se repitieron.

Al finalizar, Rivera cargó contra el PSOE por comparar a Gabriel con las víctimas de ETA. La portavoz socialista, Margarita Robles, se revolvió contra el PP porque su portavoz les pidió que miraran a los ojos de las víctimas a la hora de oponerse a la cadena perpetua. Y las víctimas arremetieron contra el PSOE, por “insultarles” al denunciar que están siendo “manipuladas”. Unos y otros hablaron de “vergüenza”. Pero siempre mirando en el ojo ajeno.