Decenas de activistas antimundialización con grandes fotografías de dirigentes de los países del G-8 irrumpieron ayer en el centro de convenciones de Bangkok, donde se celebra la conferencia contra el sida, para protestar por el "escaso" presupuesto que esos países destinan a la lucha antisida.

En un simulacro de juicio, los activistas declararon culpables de la muerte de miles de enfermos de sida al presidente de EEUU, George W. Bush, al primer ministro británico Tony Blair, al presidente francés, Jacques Chirac, y al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, contra cuyos retratos lanzaron botes de pintura. "Comparten la responsabilidad de esas muertes", indicó el colectivo.

Las organizaciones internacionales y los grupos no gubernamentales han denunciado que los países industrializados demoran el desembolso de los fondos que se habían comprometido a donar para la lucha contra el Sida.

Por su parte, la Cruz Roja Internacional criticó ayer el trato discriminatorio detectado entre los médicos y enfermeras de Asia. Según un comunicado de Cruz Roja, el personal sanitario de algunos centros niegan las terapias antisida a unas personas, la cobran indebidamente a otras u ofrecen de forma inadecuada los tratamientos. "Nos chocó --dice el texto-- descubrir tantas clases de discriminación".