Decenas de inmigrantes africanos, entre ellos mujeres y niños, han muerto ahogados después de que la patera en la que intentaban alcanzar la costa yemení volcara en el Golfo de Adén, frente a la provincia de Hadramut, en el sur del país.

Según confirmaron hoy fuentes locales y diplomáticas, al menos 56 cadáveres han sido rescatados por miembros de la organización Médicos sin Fronteras en Yemen durante la noche del domingo al lunes, y se teme que el número de víctimas mortales aumente en las próximas horas. Las mismas fuentes indicaron que en la patera viajaban 148 inmigrantes somalíes y etíopes, incluidas 40 mujeres y cinco niños, el menor de ellos de ocho meses.

Las autoridades yemeníes no han comentado hasta el momento lo sucedido, aunque la agencia oficial de noticias, SABA, aseguró que el incidente ocurrió poco después de la medianoche del domingo al lunes. Saba no precisó el número exacto de los supervivientes, mientras afirmó, citando a "algunos" de ellos, que la patera volcó debido a que "varios de los inmigrantes fueron golpeados para que abandonaran el barco, lo que causó pánico entre los ocupantes y condujo al incidente".

El incidente es el segundo de este tipo desde el pasado 21 de noviembre, cuando 64 inmigrantes africanos, entre ellos siete mujeres y tres niños, perdieron la vida frente a la provincia de Shabwa, a unos 570 kilómetros de Saná.

Las autoridades yemeníes anunciaron en noviembre que han recibido a 6.400 inmigrantes africanos durante octubre pasado, en su mayoría somalís y etíopes, mientras que unas 293 personas murieron en el Golfo de Adén durante el mismo periodo. Según cifras del Gobierno de Saná, más de 50.000 inmigrantes han llegado a Yemen en los primeros diez meses de este año, cerca de un millar de ellos murieron ahogados. Yemen trata como refugiados a todos los somalíes que recibe desde 1991 y afirma que en 2006 el número de éstos era de unos 27.000, mientras que 400 murieron o desaparecieron en el Golfo de Adén ese año. La mayoría de las víctimas son habitualmente somalíes que se ven obligados a abandonar su país en embarcaciones de traficantes, empujados por la pobreza y los conflictos armados.