La vanguardista frescura de las propuestas de El Delgado Buil y de Luxoir abrieron hoy la última jornada de Pasarela Cibeles, dedicada a los jóvenes creadores, con un desfile doble en el que presentaron sus coloristas colecciones para la primavera-verano 2008.

Ambas firmas de moda vuelven a compartir la pasarela en un desfile doble tras debutar el pasado mes de febrero, en la 45 edición de Cibeles, aportando juventud y un espíritu rupturista al certamen de moda español, tanto en hombre como en mujer.

Ana Figuera Delgado y Macarena Ramos Buil, conocidas como El Delgado Buil, recuperaron en "Dreamland", su nueva colección, las prendas sobredimensionadas, los flecos y los enormes estampados, una de las señas de identidad de su anterior línea -"My family goes to Oklahoma"-, con la que lograron el Premio L'Oreal al mejor diseñador novel de Cibeles.

De nuevo unos pretéritos Estados Unidos sirven de punto de partida a las dos creadoras, que recurrieron a la iconografía audiovisual de los años 50 y 60 para iniciar un desfile en el que se pudo comprobar su osada combinación cromática, con la intensidad del amarillo, el naranja y el azul eléctrico como colores principales.

Cremalleras, grandes botones y voladas gabardinas masculinas fabricadas con tejidos etéreos y pañuelos con claras referencias al "far west" americano definen la dirección que toman sus nuevas prendas.

"Mirage", colección de Antoine Navarro y Víctor Pa -el dúo Luxoir-, es el resultado de un estudio más individualizado de los recursos de la firma, aseguran sus creadores.

Sus trabajadas prendas encierran una novedosa combinación de lisos, plisados y fruncidos en una línea de vestir, algo menos informal que la de El Delgado Buil, hecha de ligeros volúmenes y tejidos como rasos matizados, sedas y viscosas naturales.

Colores pastel, el lurex y el nylon destacan en sus modelos, en los que sorprenden las formas redondeadas en las solapas masculinas y los escotes femeninos junto a sus ya definitorias ilustraciones, con las que dotan de personalidad unos estampados que aparecen de forma regularen toda la línea presentada.

Sus propuesta de hombre incluye un cierto gusto por la sastrería clásica, además de amplios y vaporosos pañuelos, leves fruncidos en las bermudas y guardapolvos, también vistos en la mujer.