Las organizaciones de consumidores españolas se quejaron ayer de que la retirada de la leche infantil de Nestlé contaminada con tinta del envase se haya iniciado en España sólo después de que Italia tomara la medida, y no dos meses antes, cuando ya se detectó el problema.

Nestlé retirará del mercado español 40.000 litros de las marcas Nidina 1 y 2 y Nativa 2, aunque insistió en que el asunto es "una tormenta en un vaso de agua" y que no existe riesgo para la salud. La Comisión Europea conocerá en dos semanas los resultados de los análisis para determinar la toxicidad de la sustancia hallada en la leche.

Según un portavoz de la Confederación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU), "es indudable que la existencia de trazas de tinta en un producto infantil es una anomalía grave, y siendo así se debería haber tomado la decisión de retirar los lotes afectados en el momento en que se supo" y propone que se investiguen los efectos que un elemento químico como la isopropiltioxantona (ITX) puede tener en un bebé.

La Federación de Consumidores en Acción (FACUA) criticó ayer que los intereses de Nestlé se hayan puesto por encima de los de los consumidores. "Las circunstancias no se han dado a conocer a la opinión pública durante más de dos meses y sólo han trascendido en España después de que los revelasen las autoridades italianas", lamentó un portavoz, que se quejó además de las informaciones contradictorias procedentes de Nestlé y autoridades sanitarias.

La ministra de Sanidad explicó ayer que España siguió los consejos procedentes de Bruselas y la multinacional calcula el coste de la operación de retirada en cinco países en 2,5 millones.