Veinticuatro horas después de que se derrumbara un edificio en obras en Madrid, los equipos de rescate continúan ayer, al cierre de esta edición, la búsqueda de dos obreros desaparecidos, uno de ellos extremeño, bajo los escombros, mientras aumenta la angustia de los familiares.

El desplome del forjado de la séptima planta del edificio, en el número 19 de General Martínez Campos, arrastró los pisos inferiores y generó cientos de kilos de escombros, por lo que las labores de retirada de los cascotes están siendo muy lentas y complicadas, debido a la inestabilidad del terreno.

Anoche aún no habían hallado a los dos desaparecidos, Agustín Bello Moreno, de 42 años y vecino de Parla (Madrid), y José María Sánchez Tejeda, de 56 años y natural de Malpartida de Plasencia (Cáceres), en las zonas identificadas por los perros de la policía como posibles ubicaciones.

Cuando se desplomó el forjado, uno de los obreros estaba en el quinto piso y el otro en el interior pero no se sabe dónde.

Debido a la complejidad del desescombro por el riesgo de más desprendimientos, esta tarea se podría alargar «varios días», según explicó la concejala del distrito de Chamberí, Esther Gómez, quien detalló que, aunque se ha descartado peligro en los edificios colindantes, los vecinos desalojados no podrán regresar a sus casas hasta que termine esta labor, «muy complicada».

Dado que la búsqueda está siendo infructuosa, los bomberos procedieron ayer a cambiar la estrategia y montar una grúa de grandes dimensiones para demoler los elementos inestables de las plantas superiores, la séptima y la sexta, y de esta manera poder entrar al bloque «a cielo abierto», informó el jefe del Cuerpo del Ayuntamiento de Madrid, Eugenio Amores.

Esta labor, reconoció, les hará perder «tiempo», pero luego lo ganarán en las labores de búsqueda, porque con las condiciones actuales el riesgo para los bomberos es alto, al trabajar desde el interior del edificio.

El derrumbe de las plantas superiores puede provocar desprendimientos controlados, por lo que han alertado a los vecinos de la zona de los ruidos que pudieran producirse.

Todos estos movimientos están siendo trasladados a los familiares de los obreros desaparecidos, que anoche seguían en el lugar en un hospital de campaña, aunque un grupo permanece en el convento de las Hermanas de San Vicente de Paúl.

El delegado de Seguridad y Emergencias, Javier Barbero, fue el encargado de explicarles, junto a psicólogos municipales, cuáles son las actuaciones a realizar, dado que el tiempo «apremia» y su nivel de «angustia» aumenta a medida que pasan las horas sin tener noticias de los operarios.

Tras eliminar los elementos inestables que amenazaban con derrumbarse, esperan acelerar la búsqueda y encontrar a los operarios «en el menor tiempo posible», dijo el jefe de bomberos en el último parte oficial.

Unos 50 bomberos están desplegados en la zona, y cuentan con la ayuda de un robot para las labores de extracción de los elementos pesados, además de los perros de la Policía Nacional y Municipal y de la Asociación Unidad Canina de Rescate.

La alcaldesa Manuela Carmena visitó la zona dos veces comprobó comprobado «sobrecogida» el

«drama» que se está viviendo, y recalcó que los permisos de la obra de rehabilitación del edificio estaban «en regla», aunque ahora no es el momento para analizar «lo que está bien o lo que no».