La Policía Nacional detuvo la semana pasada a 28 personas, todas integrantes de una banda de proxenetas que había escogido Catalunya como escenario para delinquir, en una operación que acabó con 15 registros simultáneos en poblaciones como Tortosa, Tarragona, Barcelona y Sabadell. Al parecer, los detenidos llegaron a explotar sexualmente a cien mujeres, casi todas europeas del este y latinoamericanas, a las que obligaban a trabajar alternamente en ocho prostíbulos diseminados por Catalunya.

Según reveló ayer la policía, las mujeres eran obligadas a permanecer 21 días en cada prostíbulo, y a pagar 300 euros de alquiler. Las condiciones higiénicas eran lamentables, las víctimas debían pedir permiso para salir a la calle y se las obligaba a pagar determinadas multas económicas y apalizaba. En cada lugar había una mujer --la mami , explica la policía-- encargada de la organización, y al menos una persona que se ocupaba de la seguridad.

Una vez cumplidos los 21 días, las mujeres eran trasladadas a un nuevo prostíbulo, pagaban otros 300 euros y volvían a empezar. La banda la integraban ciudadanos de España, Lituania y Brasil.