Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una red internacional de narcotraficantes que utilizaba muleros para transportar cocaína desde países africanos, principalmente Nigeria, Liberia, Angola y Guinea Bissau, a países de la Unión Europea, usando las localidades madrileñas de Parla, Fuenlabrada y Leganés como base para su posterior distribución, según ha informado hoy la Policía Nacional.

Estos correos humanos cobraban cantidades que oscilaban entre los 4.000 y los 5.000 euros por cada kilo de estupefaciente que portaban oculto en el interior de su organismo. Los responsables de la organización organizaban viajes, y posteriormente, una vez manipulada la droga, la distribuían a su vez por otros países de la Unión Europea. En Parla, Fuenlabrada y Leganés contaban con toda la infraestructura necesaria para ocultar y "cortar" las sustancias ilícitas, donde recibían a las mulas y preparaban la droga para su distribución.

En la operación han sido detenidas 21 personas y se han efectuado nueve registros en los que se han intervenido diversas cantidades de cocaína, sustancia de corte, dinero en efectivo, así como 100 teléfonos móviles.

COOPERACIÓN INTERNACIONAL

La investigación ha contado con la colaboración de diversos países. De hecho, fueron arrestos de ciudadanos extranjeros que pretendían viajar a España los que situaron a la policía sobre la pista de esta red de narcotráfico. Así, el agregado de Interior en Dakar informó en primera instancia de la detención en Senegal de un hombre cuando se disponía a embarcar en un vuelo con destino a Madrid. Este explicó que un compatriota suyo le había puesto en contacto con un ciudadano nigeriano, residente en la capital de España, que, supuestamente, le habría propuesto transportar la droga hasta España a cambio de 4.000 euros, además de facilitarle pasajes de avión, alojamiento y manutención en la ciudad de origen, así como una cantidad de dinero en metálico para gastos personales.

Otros arrestos de ciudadanos que ocultaban diversas cantidades de cocaína y que pretendían viajar a España, practicados también en el aeródromo de Dakar, dieron inicio a la investigación, dirigida por la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) Central de la Policía Nacional. Los investigadores lograron identificar a la persona de nacionalidad nigeriana que presuntamente organizaba los traslados, cuyo domicilio se ubicaba en la localidad madrileña de Parla.

EL PLAN B

La organización también contaba con un plan de contingencia. Si la droga que esperaba no lograba llegar hasta Madrid, la red contactaba con otros proveedores directos de cocaína en la capital con el objetivo de no defraudar las demandas de sus clientes. Los investigadores establecieron un dispositivo policial que culminó con la desarticulación de la red, así como los registros de nueve domicilios en los que se incautaron 804 gramos de cocaína, 2,5 kilos de sustancia de corte, 8.000 euros en efectivo, varios útiles para la manipulación y corte de la droga, documentación y 100 teléfonos móviles.