Seis personas murieron ayer al descarrilar un tren en Villada, un pequeño municipio de Palencia de 1.200 habitantes. Otras 36 personas resultaron heridas de diversa consideración, dos de ellas muy graves. El accidente se produjo poco antes de las cuatro de la tarde en un Intercity que cubría el trayecto entre Galicia y el País Vasco. Renfe y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) investigan las causas del siniestro. No obstante, la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, confirmó anoche que el siniestro se debió en principio a un "exceso de velocidad".

Alvarez acudió al lugar del siniestro poco después de las 22,30 horas y compareció en rueda de prensa antes de recorrer el lugar junto al delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, y del presidente de la empresa estatal Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), José Salgueiro. La ministra precisó que esa misma iba a celebrar una reunión de trabajo para analizar las precisas circunstancias en que se produjo el descarrilamiento y anunció que en un plazo aproximado de 48 horas espera que se conozcan todos los detalles y que el operativo del servicio ferroviario se pueda restablecer en unas 36 horas.

El suceso se produjo cuando el tren se salió de la vía y uno de los seis convoyes impactó contra un pilar de hormigón. El servicio de emergencias 112 de la Junta de Castilla y León recibió varias llamadas que alertaban del descarrilamiento a las 15.52 horas. El tren viajaba entre Vigo y Hendaya con 426 pasajeros a bordo. A pesar de que los servicios de emergencia hablaron en un primer momento de ocho víctimas, después la cifra se redujo a cinco. La sexta persona, un joven de entre 25 y 30 años, murió horas después en el Hospital Pío del Río Hortega de Valladolid donde había sido evacuado con un helicóptero medicalizado.

LOS HERIDOS Además de los seis fallecidos (los hay españoles y extranjeros), una mujer de 70 años y un hombre permanecían ingresados anoche en centros sanitarios de Salamanca y Valladolid con pronóstico muy grave. Otros ocho viajeros, de entre 12 y 66 años, estaban en estado grave en hospitales de estas ciudades y de Burgos, Palencia y León. Entre los damnificados --26 de ellos heridos leves-- hay varios extranjeros de nacionalidades francesa, italiana y australiana.

Algunos pasajeros que viajaban en el tren siniestrado aseguraron que circulaba a una velocidad excesiva a causa del retraso que acumulaba. Precisamente esta es una de las hipótesis que barajan desde Renfe. En el momento del descarrilamiento, el Intercity 280 iba a unos 100 kilómetros por hora. Este tren había recogido a unos 200 peregrinos en Santiago, e iba prácticamente lleno con viajeros en los pasillos, según un viajero.

Tras el accidente, numerosas autoridades expresaron su solidaridad a los afectados, entre ellas, los Reyes transmitieron condolencias a los familiares de las víctimas mortales y confiaron en la pronta recuperación de los heridos en el siniestro, al igual que hizo el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño.

La Junta de Castilla y León, por su parte, ha declarado hoy día de luto oficial.