Una válvula abierta, que algún técnico habría tenido que cerrar antes de la puesta en funcionamiento de la plataforma Casablanca tras un paro de unos días por operaciones de mantenimiento, fue la causa del vertido de petróleo ocurrido la madrugada del miércoles frente a la costa del delta del Ebro. Este "error humano" es la explicación que Repsol ha dado del incidente que, según los datos que la propia compañía petrolera ha trasladado a Capitanía Marítima, acabó vertiendo al mar "entre 30 y 60 metros cúbicos de crudo", señaló ayer el portavoz de la empresa, Josep Beltrán. Un "error humano" por el que la Fiscalía de Tarragona ha abierto una investigación para determinar si existe responsabilidad penal por delito contra el medioambiente.

La mancha, de una superficie aproximada de 19 kilómetros cuadrados, viajaba ayer mar adentro impulsada por el fuerte viento de mistral, superior a 100 kilómetros por hora. La amenaza se alejaba del parque natural del delta del Ebro. Según la Subdelegación del Gobierno en Tarragona, la fluidez del crudo y su fácil evaporación contribuyen a disminuir su presencia en el agua, aunque no será hasta hoy cuando se conocerá la situación real del vertido. La espesa niebla que se concentró ayer en la zona durante las horas diurnas impidió hacer un cálculo afinado, a través de fotografías aéreas, de la cantidad de crudo que flota en el mar. Pero Capitanía Marítima mantuvo que el volumen de la fuga fue de entre 100 y 180 metros cúbicos, una cantidad tres veces superior a la aportada por Repsol.