El cadáver del marido de Francisca B. M., que presuntamente envenenó a su familia, fue exhumado ayer por orden del Juzgado de Instrucción 5 de Melilla para practicarle la autopsia y conocer si realmente murió a causa de un fármaco mezclado con la comida, tal y como confesó la mujer.

La forense extrajo muestras del organismo de Antonio González, enterrado el 12 de enero de 2004, para compararlas con las de su hija Sandra, de 15 años, fallecida el 5 de junio, y comprobar si ambos murieron por la ingestión del mismo producto. Francisca B. M. está encarcelada desde el pasado miércoles como presunta asesina de su marido y su hija. Su único hijo, Antonio G., de 12 años, que también fue hospitalizado con síntomas de intoxicación podría ser dado de alta hoy.

Con respecto a la mujer, señalar que está bajo el protocolo anti-suicidio en la cárcel de Melilla. Según informaron a Efe fuentes cercanas al caso, la aplicación de este protocolo es habitual en los casos de personas que ingresan por primera vez en prisión, que tienen primacidad delictiva y que podrían presentar algún tipo de alteración psíquica.